La realidad de muchas familias cordobesas (y andaluzas) es más que desesperada. La vida se les ha convertido en un verdadero infierno. Tener una de las mayores tasas de paro y de las menores tasas de actividad del estado se ha convertido en la “normalidad”. El exilio laboral de nuestras hijas e hijos, el menor nivel de renta familiar y personal disponible, el deficiente acceso a servicios públicos esenciales, la merma en la asequibilidad de los mismos, el incremento de la desigualdad social, … , es el pan nuestro de cada día.
La enorme brecha Cordobesa y Andaluza respecto al resto del estado se agranda año a año.
Uno de los cometidos, casi el principal, de nuestros representantes políticos ha de ser implementar y aplicar las políticas que, por mandato Constitucional y Estatutario, permitan el igual desarrollo de todos los territorios, la convergencia económica y social. Medidas necesarias y justas que se basen en la necesaria equidad.
Los diferentes gobiernos centrales y autonómicos, PP y PSOE, han derrochado demagogia con las Andaluzas y especialmente con las Cordobesas. Año tras año, y a pesar de estar en el furgón de cola en inversiones públicas reales per cápita, nos han “vendido” lo magníficas que eran las cuentas, los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y el beneficioso impacto que, sobre nosotros, iba a tener su aprobación. La tozuda realidad pone de manifiesto la falsedad de tales afirmaciones, y demuestra el continuo maltrato que sufrimos por el enorme déficit acumulado en inversión pública (infraestructuras básicas). Nos han relegado a seguir en un infierno cada vez más duro.
Que los partidos liberales o neoliberales antepongan sus necesidades partidistas y las del poder económico-financiero a las de las familias Cordobesas (y Andaluzas) no es nada nuevo, ni sorprendente. Que el PSOE tome similar senda, ya no nos sorprende. Que lo hagan partidos que se autodenominan “defensores” de los más desfavorecidos, como UP, es solo otra traición más de aquellos que han decidido que sus necesidades se anteponen a las de sus representados.
Los PGE que nos presentan vuelven a ser más de lo mismo para Andalucía; el mismo maltrato que en décadas anteriores. El ejemplo de Córdoba lo avala. Las “grandes inversiones” que ha realizado el Gobierno de España y la Junta de Andalucía en la provincia han sido para perjudicarnos. Y los nuevos PGE no modifican esta realidad, no ponen fin al enorme déficit de infraestructuras básicas que sufrimos, sino que abundan en actuaciones contrarias a los intereses de las Cordobesas.
Explicitan con gran alegría los representantes de los partidos en el cogobierno que por primera vez en una década los PGE “cumplen” con Andalucía, ya que se respeta el Estatuto de Autonomía y la inversión real es acorde al peso poblacional de los Andaluces en el Estado. Y se ufanan de sacar a Córdoba del furgón de cola en inversión real per cápita a las que nos habían relegado los gobiernos años anteriores. En primer lugar, lo equitativo hubiera sido que la inversión per cápita fuese mayor en Andalucía que en el resto del Estado, con el fin de intentar recuperar el déficit histórico existente, y dotarnos de las herramientas que permitan converger con el resto del Estado; implementar mayores inversiones públicas en donde el déficit es mayor es poner fin a la continua discriminación que sufrimos.
Pero la realidad de estos PGE y del falaz discurso de los representantes del cogobierno es aún más perniciosa para las Cordobesas. Buena parte de estas inversiones públicas que, a entender de nuestros representantes en el Congreso es el maná salvador que nos saca del infierno, lo son para actuaciones como la ampliación de las instalaciones de El Cabril (que se duplicará su capacidad en los próximos años) o para el Bypass de Almodóvar del Río, o para el Corredor Mediterráneo del tráfico de Mercancías por Madrid (en vez de por Granada/Almería y Levante), y con unas cualidades y calidades menores que el mismo corredor fuera de Andalucía (vía simple y no doble, o limitación de la longitud de los convoyes, por ejemplo). Inversiones perjudiciales para los intereses de la mayoría social, que no solo apoyan los partidos del Cogobierno, sino con las que están de acuerdo los partidos centralistas que sustentan el Gobierno Andaluz. Nos venden que “actualizan” el nivel de inversión pública en nuestra provincia, cuando realmente lo hacen para aumentar el volumen de basura radiactiva, o para disminuir el número de trenes que paran en la estación de Córdoba, o para limitar aún más el futuro del Puerto de Algeciras (puede que para permitir a otros Puertos no Andaluces un mayor desarrollo). Más leña a nuestro infierno.
Cabría esperar que, en pocos años, desde las instituciones del Estado en Madrid se decida que el Almacén Temporal Centralizado (ATC) para residuos radiactivos de alta actividad (los más peligrosos, los de los combustibles de las Centrales Nucleares) se localice también en El Cabril. Las ampliaciones que en la actualidad se hacen y que son parte de esta “inversión pública” señalan en esta dirección.
Si eliminamos de la ecuación las “inversiones” en basurero nuclear, en Bypass, y similares, a las que los y las Diputadas de UP Andaluzas se opusieron con vehemencia cuando no formaban parte del gobierno, el cacareado “maná” que no dejaba atrás a nadie, deja de nuevo a las Andaluzas y especialmente a Córdoba en desventaja, agravando la brecha existente, y condenándonos de nuevo al exilio y precariedad laboral, pobreza, desigualdad y exclusión social.
La demagogia de quienes anteponen sus necesidades personales a través de las de su partido político, a las necesidades de aquellos a quienes dicen representar desde la izquierda con “nuevas políticas”, no solo constituye un engaño (a usos y costumbres) y una traición a los supuestos principios que defienden, sino que condenan nuestro futuro a corto y medio plazo. Triste realidad. Quizás las “estrategias” para intentar eliminar las voces discordantes en Andalucía es una necesidad más para las citadas “necesidades” personales y partidistas.
Para muestra un botón: durante mucho tiempo, la ahora coordinadora de Podemos en Andalucía (UP del Sur), y Diputada por Córdoba en el Congreso de los Diputados, demandó la necesaria articulación entre las poblaciones rurales de la provincia y con la capital, a través, entre otros, de una red de trenes de cercanías. La realidad de los presupuestos para la provincia: sólo el 0,66% de las inversiones en ferrocarriles en la provincia de Córdoba se dedicará a Cercanías y Regionales (testimonial).
Estos PGE no son los Reyes Magos para Andalucía, y mucho menos para Córdoba. No.
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