El día 4 de diciembre del año 1977 las andaluzas y andaluces, en contra del deseo y de las trabas legales de los grandes partidos mayoritarios que siempre estuvieron en contra, ganamos nuestro derecho a una Autonomía como las de las comunidades llamadas históricas, en las calles.
Fue una fiesta de democracia popular, que llenó nuestra tierra de la luz de la esperanza en un nuevo tiempo, que corrigiera las miserias seculares de nuestra tierra y ofreciera un mejor futuro de vida a sus gentes.
Han pasado más de cuarenta años, y esos mismos partidos nos han secuestrado nuestra Autonomía. Empecemos por la fecha de celebración de nuestro día, llevado al 28 de febrero para sustraer y hacer olvidar a este pueblo que no ganaron ellos, que ganamos nosotros y que lo hicimos un 4 de diciembre y que se pagó con la vida de Manuel García Caparrós en Málaga, asesinado vilmente por un policía. En ese intento por cambiar la memoria colectiva y ocultar nuestra victoria, no ha querido ningún gobierno Andaluz ni Central encontrar al culpable de tan execrable crimen y ponerlo a disposición de la justicia después del tiempo transcurrido. Seguimos manteniendo el perverso honor de encabezar la lista de pobreza severa, de ser el segundo por la cola en PIB per cápita y paro y el primero en paro juvenil. También encabezamos la lista de jóvenes que tienen que salir de su tierra para encontrar trabajo, al igual que hicieron sus abuelos que formaron parte importante con su esfuerzo del milagro alemán y catalán y cuyos apellidos jalonan hoy una gran cantidad de países europeos. Desertores de la miseria.
Nos manifestamos por una reforma agraria pendiente desde la República, que ayudase a acabar con el hambre y la semiesclavitud en la que vivían nuestros jornaleros y jornaleras. Tampoco fue atendida esta reivindicación y además en la actualidad con nuestros impuestos (IVA) y por medio de la PAC les ingresamos a esos grandes terratenientes todos los años millones de euros y que apenas llegan a nuestros pequeños agricultores y ganaderos condenados por unos precios que solo benefician a los intermediarios. Y son los mismos que siguen depredando sobre nuestra tierra, no hay más que ver como un recurso tan importante y escaso como es el agua, patrimonio de todos los andaluces, es explotado para fines privados sin ningún tipo de control por parte de los gobiernos. Lo que sucede en Doñana es fiel reflejo de la proliferación incontrolada de pozos y captaciones para riegos que están secando manantiales y arroyos, así como la apropiación de caminos y senderos rurales. La continuada mecanización en la agricultura, ha producido un descenso muy importante en el número de trabajadores necesarios para sus labores y esto ha venido a coincidir con el auge del sector del turismo y la hostelería, con lo que se ha producido un trasvase lógico de mano de obra cambiando la azada por la bandeja y las campañas de recogidas por las kelly. De un sector que necesitaba mano de obra no muy cualificada y de abundante paro para sus necesidades en campañas a otro con las mismas necesidades y, en ambos casos, sectores dados a los incumplimientos de convenios, salarios y condiciones de trabajo y con poco valor añadido el salario medio de hostelería es inferior a los 15.000€ anuales. Este sector, al igual que el agrícola, depreda sobre el patrimonio andaluz, saltándose la ley de costas, construyendo en
Espacios naturales, usando ingentes cantidades de agua para regar campos de golf, ante la inacción de las administraciones andaluzas y su colaboración en muchos casos.
Una tierra rica en cultura con figuras de relevancia mundial, Antonio Machado, María Zambrano, Federico García Lorca, Vicente Alexandre, Luis Cernuda, Carmen de Burgos, Antonio Gala, Juan Ramón Jiménez, Francisco de Ayala, José Manuel Caballero Bonald, y podríamos seguir y llenar páginas enteras y con Canal Sur a la cabeza los hemos cambiado por sevillanas, toros y programas de casamenteros.
A pesar de todo esto, nuestros gobernantes, locales y autonómicos, sin ningún pudor, celebran el día 28 de febrero con gran fiesta y algarabía, y han olvidado a nuestros ancianos y ancianas fallecidas como consecuencia de la pandemia abandonados a su suerte en residencias convertidas en lugares de exterminio, ante la mirada indiferente de autoridades locales, autonómicas, estatales y la ceguera de la justicia, debida a la venda que tapa sus ojos, que ha demostrado la ineptitud del modelo actual de residencias geriátricas, ante lo que cabría una modificación sustancial, pero siguen en la juerga.
Esta crisis también ha hecho saltar las costuras de un sistema sanitario adelgazado hasta la extenuación con ataques privatizadores continuados en el tiempo y que han resultado en el colapso de la atención primaria por la falta de profesionales, que son parte de esos jóvenes que han emigrado buscando unas condiciones de trabajo dignas y seguras, y que no sabemos cuántas muertes han producido por falta de atención.
Y podría seguir y seguir, muchos nos levantamos cada día siendo andaluces, no renegamos de nuestra tierra y tampoco de nuestra lengua, no dejamos de cecear o sesear (recordaros que el seseo es el presente y futuro de un castellano que hablamos unos cientos de millones, y que ha dado los últimos premios novel en esta lengua) como muchos de nuestros políticos que con ese intento de castellano de castilla demuestran su provincianismo cateto.
Y termino como empiezo: ANDALUCES LEVANTAOS, recuperemos por medio de la lucha en las calles el espíritu del 4 de diciembre, por tantas promesas incumplidas, por nuestra dignidad como pueblo, por ganar el presente para nuestros padres y abuelos y el futuro para nuestros hijos, somos tierra curtida en el trabajo y el esfuerzo y no podemos ni queremos volver a la miseria y el hambre.
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