La Federación Provincial de Ecologistas en Acción de Córdoba y Ecologistas La Parrilla de La Carlota, han presentado un extenso y detallado documento de los valores ecológicos y ambientales de la vegetación de ribera milagrosamente existente en la actualidad en el arroyo La Marota, situado en La Campiña cordobesa. Incomprensiblemente, una empresa se ha ofrecido a desbrozar y talar casi cuatro kilómetros del citado cauce natural.
La dos organizaciones medioambientalistas han registrado un documento técnico de alegaciones ante la Administración General del Estado, en concreto, ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo público adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
En dicho documento detallan la vegetación natural que desaparecería sí la CHG autorizara finalmente la “limpieza” del cauce del arroyo “La Marota” a su paso por las parcelas 3,5,6, 35, 28 y 8, del polígono 10 del término municipal de Córdoba”, según el escrito registrado por los interesados.
Según denuncian los dos colectivos, la entidad solicitante, ALRUALAR, S.L.U. declara que “se pretender limpiar el cauce de toda la vegetación invasora, que está obstruyendo el paso del agua con normalidad”. Además, la empresa solicitante, dueña de los terrenos conlindantes al citado arroyo, añade que “se pretende “limpiar” el cauce de toda la vegetación invasora para posteriormente retirarla utilizando métodos tradicionales de extracción, poda y posterior trituración de los restos resultantes”.
Para estas organizaciones ambientalistas en el objetivo de la empresa solicitante está ganarle terreno al cauce, «es decir, al Dominio Público Hidráulico (DPH), que son terrenos de carácter público que cumplen una función estratégica desde punto de vista de la protección de las áreas urbanas y de la biodiversidad, y, por tanto de la población. Llevamos décadas marginando un planteamiento básico, que un territorio fluvial, constituido por el propio río o arroyo y los espacios inundables adyacentes, actúa como zona de expansión de las crecidas, protegiendo las áreas urbanas aguas abajo, más aún, sí la vegetación natural asociado a los cauces se conservar y se gestiona con criterios de conservación y protección. Es fundamental, nos va la vida, devolver su espacio a los ríos y arroyos. No podemos esperar más, ya lo hemos sufrido con absoluto pavor e indignación en las gravísimas inundaciones recientes en las Comunidades Autónomas de Valencia y de Castilla-La Mancha. Gestionar el territorio fluvial con visión de cuenca entre las zonas urbanas y sus espacios aledaños es un imperativo«.
Por todo ello, creen que sería absolutamente incompresible que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir autorizara el desmonte y tala de casi cuatro kilómetros de cordón vegetal del arroyo de “La Marota”. «Sospechamos que la intención de la empresa solicitante es la de ganar terreno para ampliar los cultivos de olivar hiperintensivos. No sería la primera vez que ocurre«, denuncian.
«En cualquier caso, no sabemos si al empresa solicitante u otras personas interesadas, han desmontado brutalmente con maquinaria casi 400 metros del margen derecho del citado arroyo«, se preguntan. Por eso, han denunciado el hecho ante la Fiscalía, la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, así como en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), solicitando:
- Inicio de urgencia de la incoación del procedimiento de apeo y deslinde del Domunio Público Hidráulico (DPH) por parte del organismo público competente (CHG) del citado arroyo.
- Elaboración por parte del organismo competente (CHG) de un plan de actuación de refuerzo del reclutamiento vegetal natural de la zona afectada ilegalmente (coste a cargo de los responsables).
- Apertura del correspondiente expediente sancionador a los responsables de lo denunciado.
- Denegación de la solicitud para desbrozar y talar casi cuatro kilómetros de cauce del arroyo de La Marota (Córdoba).
lo que vimos, documentamos y denunciamos en nuestra excursión es una auténtica barbarie: el desmonte de mas casi 2 kmts d vegetacion riparia que incluiye decenas de álamos, tarajes, cañaverales…un auténtico destrozo de un bien público para hacer un camino que dé servicio a sus megaplantaciones de olivar intensivo. La codicia es torpe porque entre otras cosas, va a empeorar la erosion de la finca..En fin, esperamos que la CGH cumpla con su obligación y penalice este tipo de comportamiento delictivos