El pasado viernes, 20 de mayo, comenzó en Córdoba la feria taurina. Desde el colectivo Ecologistas en Acción han denunciado, a través de un comunicado, el «constante» apoyo del alcalde, José María Bellido, con «su presencia institucional» en actividades taurinas. La nota indica que «su apoyo a la cruel tauromaquia se muestra claramente también en las redes sociales institucionales del alcalde, donde continuamente contribuye a su promoción, destacando con numerosas imágenes su presencia en actos taurinos».
El colectivo ecologista ha afirmado que en el ámbito personal el regidor puede tener las aficiones que estime oportuno, pero a Ecologistas le parece «escandaloso» que en su perfil institucional muestre su respaldo y cariño a la tauromaquia, sabiendo que gran parte de la ciudadanía cordobesa muestra un cada vez mayor rechazo rotundo al maltrato y tortura de toros.
En la anterior legislatura se llegó al acuerdo de no subvencionar actividades taurinas con una moción aprobada en el Pleno en el mes de enero de 2016. Ahora aparece en el programa taurino de mayo de 2022 en Córdoba el siguiente patrocinio: «Patrocina Córdoba es Tauromaquia Museo Taurino«, lo cual parece un subterfugio para eludir la moción y ofrecer sendas subvenciones a los «crueles actos de tortura animal».
Cada corrida, en opinión de Ecologistas en Acción, se ha convertido en un mitin espontáneo de Vox, Ciudadanos o del Partido Popular. «Poco importa lo que suceda en el ruedo, que sin duda será violencia, sangre y agonía».
Para evaluar en qué medida se está incumpliendo el acuerdo del pleno de enero de 2016, Ecologistas en Acción demanda también conocer qué fondos públicos se están dedicando desde este Ayuntamiento para la supervivencia de la tauromaquia.
Finalmente denuncian que el Ayuntamiento de Córdoba se salta su propia normativa patrimonial colocando pancartas taurinas en la fachada del Museo Taurino, un edificio BIC situado en una zona declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Según Ecologistas en Acción, la delegada de Cultura, Marian Aguilar, entra en competencia con los negocios turísticos que rodean el museo en maximizar la contaminación visual.
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