Como viene siendo habitual, Ecologistas en Acción ha concedido el simbólico Premio Atila coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente. Desde su constitución hace más de 25 años, esta organización concede este premio Atila para resaltar a aquellas entidades públicas o privadas que se hayan caracterizado por, a su juicio, atentar contra la biosfera.
En esta edición, la concesión ha correspondido a Escribano M&E. Esta empresa se ha instalado recientemente en el Campus Agroalimentario de Rabanales 21. Sin embargo, su objeto social es la fabricación de armas altamente mortíferas. En concreto, a menos de un par de kilómetros de la barriada de Fátima y a 100 metros del Campus de Rabanales, fabricará un lanzacohetes denominado SILAM (Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad).
Se da la circunstancia, además, de que este sistema de lanzacohetes está basado en la tecnología PULS propiedad de la empresa israelí ELBIT SYSTEM. Es decir, en el terreno de Rabanales 21 se fabricarán armas de importante potencial destructivo cuyos beneficios recaerán, en buena medida, en la propietaria de la tecnología desarrollada, esto es, ELBIT SYSTEM. Esta empresa es la principal abastecedora de armas al Estado genocida de Israel.
Por todo ello, Ecologistas en Acción, asociación antimilitarista y pacifista, entiende que “nadie más merecedor de este reconocimiento que una empresa que se jacta de fabricar armas probadas en combate, es decir, probadas contra la indefensa población civil de Gaza”.
Por otra parte, Ecologistas defiende que «es indispensable asociar la lucha por el medio ambiente con la lucha por la paz y contra la proliferación armamentística que este tipo de empresas simbolizan. La destrucción de los territorios, la contaminación por fósforo blanco o uranio empobrecido es consustancial a las guerras modernas. En concreto, las armas que fabricará Escribano M&E serán utilizadas, a corto plazo, en alguna de las muchas guerras ahora activas, incluida Gaza, haciendo inviable la vida durante mucho tiempo en esos lugares, implicando la emisión de miles de toneladas de gases de efecto invernadero«.
También ha merecido ser reconocida la política arboricida del Alcalde de Córdoba, José María Bellido, con el segundo premio: el Caballo de Atila, otorgado, en este caso, “por la enorme tala de árboles ejecutada para producir nuevas autovías urbanas tanto en avenida de Trasierra como en Ronda Marrubial”. «La ciudad se diseña para el coche«, afirma este colectivo, que agrega que «la única lógica que tiene hacer cuatro carriles más uno de servicio es, de nuevo, poner el coche en el centro de todas las políticas mientras los seres humanos estamos por detrás«.
Además de la concesión del Premio Atila y Caballo de Atila, Ecologistas en Acción ha considerado oportuno conceder un accésit, algo así como un premio de consolación. En este caso se le ha concedido al concejal de Movilidad Bernardo Jordano. Como mérito principal para ello aducen «su política a favor de la promoción del uso del coche y su nula actividad con respecto a la movilidad sostenible. Bernardo Jordano no ha constituido la Mesa de la Movilidad a la que obliga la Ordenanza de Movilidad vigente, tiene paralizada la declaración de Zonas de Bajas Emisiones y durante la semana europea de la movilidad 2023 colmató el vial de coches eléctricos, ocupando cerca de 70 coches ese espacio peatonal«.
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