En el número 2/2023 (febrero) de la revista Actualidad Administrativa, del grupo editorial La Ley, el doctor en Derecho y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, Ángel B. Gómez Puerto, ha publicado el artículo “Democracia y ciudadanía en el espacio digital”, en el que el autor nos alerta de las enormes repercusiones que tiene en nuestras vidas y en nuestros derechos fundamentales el carácter omnipresente del hecho digital. Tras repasar el tratamiento de los derechos digitales en España y Portugal, concluye el autor con la necesidad de intervención pública sobre el espacio digital.
En las consideraciones previas del trabajo, se expresa que “una nueva manera de comunicar pensamientos y emociones atraviesa nuestro mundo. En la segunda década del siglo XXI y, sobre todo, en estos primeros años de la tercera década de la centuria, estamos asistiendo a otra “revolución”, que en este caso no es industrial ni político-ideológica (o sí)«. Se trata del predominio casi omnipresente de lo digital en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida: las comunicaciones con nuestra familia próxima, con las personas de nuestro entorno laboral y profesional, en las gestiones administrativas o bancarias, la acción política, las iniciativas ciudadanas, la enseñanza, los servicios profesionales en todos los ámbitos, etc.
En el espacio público, en el que ejercemos nuestros derechos democráticos, nuestra acción como ciudadanía pensando en lo común, el hecho digital alcanza peldaños hasta hace poco nada imaginables. El concepto de democracia constitucional representativa, con complementos de democracia directa, empieza a estar, de facto, claramente condicionada por el mundo digital, un nuevo espacio (¿común?, ¿público?) en el que se expresan ideas, pensamientos y propuestas políticas con tanta intensidad y repercusión en lo electoral que los debates en las asambleas democráticas de representación de la soberanía popular están pasando a un segundo orden o nivel.
Y, el ejercicio de derechos fundamentales y libertades públicas, y el respeto a los mismos, también ha tomado un cariz muy distinto (pensemos en los derechos a la intimidad y a la propia imagen, o en la libertad de expresión). Y, por supuesto, la incidencia en el proceso democrático de la veracidad (o no) de las noticias que se propagan en el espacio digital, convertido en una suerte de comunidad política virtual paralela a la analógica”
Sobre la Carta de Derechos Digitales de España (2021), considera el profesor Gómez Puerto que “aun tratándose de un documento completo e innovador, tiene como elemental carencia la que acabo de expresar: no es una norma, no está publicada, pues, en el Boletín Oficial del Estado. No crea nuevos derechos fundamentales. Su objetivo es, según se manifiesta, perfilar los más relevantes en el entorno y espacio digitales, o describir derechos instrumentales o auxiliares de los derechos fundamentales. El documento, pues, tiene como principales retos la aplicación e interpretación que plantea la adaptación de los derechos constitucionales actuales al entorno digital”
Entre las conclusiones del artículo, el autor expresa que estamos “ante uno de los desafíos principales de nuestras democracias, de nuestras sociedades: la manera en que, en el mundo digital, en esa nueva “comunidad político-ciudadana”, se ejercen, o se vulneran-restringen, nuestros derechos fundamentales.
También estamos ante otro enorme desafío público y privado: la manera en que nos comunicamos, proponemos, construimos lo público. La manera en que interactuamos, conversamos, actuamos para lo común. Y, este desafío es transversal, afecta prácticamente hasta el último rincón de nuestras vidas”.
Por esa razón, considera que los poderes públicos han de actuar con eficacia, con normas como la de República de Portugal, en eficacia plena, y no con meras cartas o documentos bienintencionados. Otro contenido para una futura reforma constitucional de nuestro texto del 78.
Interesante trabajo no sólo por su analisis y propuestas sino por su evidente oportunidad… enhorabuena!!!