Cuando el pasado sábado tuve conocimiento de esta noticia, difícilmente podía conciliar el sueño. Después del largo suplicio pasado por los familiares de los asesinados en Pico Reja, la exhumación suponía un acontecimiento que no se podía dejar pasar. Nos hubiera gustado ponerle voz a este texto, pero técnicamente no pudo ser, en nuestro programa “Los Domingos de Paradigma”. Así que, después de dar cincuenta mil tumbos en la cama, cuando eran cerca de las 2 de la madrugada, me levanté y me puse a escribir:
El día 5 de junio de 2021 fue un día de tristeza y estupor. Tristeza porque se conocían parte de los trabajos encomendados al Grupo Aranzadi sobre las exhumaciones de Pico Reja, en el cementerio de San Fernando de Sevilla. Estupor al ver las fotografías de los centenares de cadáveres hacinados, donde ya se han descubierto más de 920, pero que, desgraciadamente, se esperan descubrir muchísimos más.
Desde aquí, queremos dar el pésame a los familiares de las víctimas de Pico Reja que anhelan poder descubrir y recuperar los restos de sus familiares queridos. Y también, a los más de 114.000 españoles y españolas que aún están en las cunetas esparcidos por toda España, y cuyo único motivo para segar sus vidas, fue haberse opuesto, en unos momentos trágicos, a un ejército que había jurado defender a su País y a su Gobierno, y lo traicionó, llenando de cadáveres el suelo patrio al que pertenecemos, que es España.
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