La invasión de Ucrania por Rusia ha desatado a gran escala un conflicto que ha estado larvado durante años y que, en última instancia, responde a dos causas: por un lado, las pretensiones de Estados Unidos, la OTAN y la propia Unión Europea de hacerse con el espacio de influencia del este de Europa tras el fin de la guerra fría; por otro lado, las propias aspiraciones del gobierno ruso de recobrar ese espacio de influencia y frenar la expansión de la OTAN hacia sus fronteras, a pesar de haberse comprometido a no avanzar “ni un milímetro hacia el este” ya en tiempos de Gorbachov. Nos encontramos, pues, de nuevo, ante un escenario de guerra imperialista y rivalidades entre potencias alimentado por un panorama de crisis capitalista y escasez creciente de recursos clave a nivel mundial.
En estas circunstancias, condenamos la injustificable agresión del gobierno ruso a Ucrania y su política militarista que, al amparo de la recuperación del discurso ultranacionalista, amenaza con provocar un saldo intolerable de heridos y muertos, especialmente entre la población civil, que se suman a las acumuladas en los 8 años de enfrentamiento armado entre ambos bandos en la región del Donbass.
Condenamos igualmente la política expansionista que la OTAN ha impulsado en el Este de Europa en las últimas décadas, provocando un creciente clima de tensión que ha terminado dando lugar a esta guerra, al fomentar la política de bloques con la finalidad de excluir a Rusia de su efectiva integración en Europa. Asimismo, condenamos el papel del propio gobierno ucraniano en la crisis, por alentar durante años el alineamiento y apoyarse en elementos fascistas y filonazis para su sostenimiento. Estas lógicas imperialistas y militaristas favorecen a las élites políticas, económicas y militares respectivas, en perjuicio siempre de la población civil que es quien más sufre las guerras.
De la misma manera, rechazamos el papel del gobierno de España como un fiel aliado de Estados Unidos y la OTAN, contribuyendo a la fuerte militarización de la zona con el envío de tropas a Letonia, Bulgaria y otros países del entorno.
En consecuencia, exigimos la inmediata retirada de las tropas rusas de Ucrania, la reanudación de las acciones diplomáticas para la reconducción del conflicto por vías pacíficas con el objetivo de constituir un espacio de neutralidad, desmilitarización y seguridad compartida en el Este de Europa, que rompa la dinámica de bloques y ataje las causas del conflicto.
Nos solidarizamos con las personas que están sufriendo directamente las consecuencias de la guerra. Es urgente poner fin a esta situación de forma pacífica, situando la seguridad y el cumplimiento de los derechos humanos en el centro de cualquier propuesta. Es preciso, al mismo tiempo, articular los recursos necesarios para la acogida de las personas refugiadas que huirán de la destrucción y la muerte, garantizando apoyo humanitario con la colaboración de las organizaciones sociales y ONGDs dedicadas a ello.
Rechazamos la propia existencia de la Alianza Atlántica, surgida en el contexto de la guerra fría, y que se ha venido utilizando posteriormente para servir a las pretensiones de dominio mundial de Estados Unidos, promotor de innumerables conflictos y agresiones, incluso con el amparo de la propia ONU, como han sido, entre otras, las de Yugoslavia, Irak, Afganistán o Libia.
En la misma línea, exigimos el retorno de las tropas españolas de la zona, el cierre de las bases de la OTAN en nuestro suelo, así como nuestra salida de la mayor organización militar del planeta, dotada de armas nucleares —como ocurre, asimismo, con el caso de Rusia— y destinada a imponer por la fuerza el mantenimiento de la hegemonía económica y política de Estados Unidos y Europa occidental, así como su propio estilo de vida consumista, sostenido a costa de la explotación de la mayor parte de la humanidad y de la naturaleza.
Convocamos a las cordobesas y cordobeses a la concentración que tendrá lugar el próximo martes 1 de marzo a las 19 horas junto al templete del Bulevar Gran Capitán de Córdoba para alzar nuestra voz proclamando que la guerra no es una exigencia ineludible.
NO A LA INVASIÓN RUSA DE UCRANIA
NO A LA OTAN
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