La Plataforma Córdoba por la Paz y contra la Base Logística del Ejército de Tierra agrupa a colectivos y personas de nuestra ciudad contrarios a una instalación militar que trata de supeditar nuestro desarrollo, la vida universitaria y el proyecto de ciudad al militarismo y a la preparación de la guerra.
Si bien las autoridades locales y estatales han tratado de desvincular la base militar de Córdoba de las consecuencias más nefastas del militarismo y la guerra, incidiendo en la atracción de empresas, el desarrollo industrial y el I+D+I, como principal argumento en su defensa, el Ejército de Tierra está ya promocionando la base como principal centro de operaciones logísticas al servicio de la OTAN.
Desde la Plataforma Córdoba por la Paz rechazan la vinculación de nuestra ciudad con la OTAN, una alianza militar que, a pesar de que nació con el argumento de la necesidad de defensa frente al bloque socialista, ha vivido sus momentos de mayor expansión precisamente desde la caída de la URSS, aumentando significativamente su presencia en la Europa del Este, promoviendo el rearme y el abandono de los acuerdos de desarme nuclear. Esto demuestra, en su opinión, que su verdadera función ha sido mantener el poder incontestable de los EEUU, asegurando su control de los recursos que necesita para alimentar su insostenible modo de vida y que se encuentran, en la actualidad, principalmente en Oriente Medio, África, Asia Central y en China. Esta situación coloca a Europa y a Andalucía bajo una constante tensión por la presencia en su territorio de enormes contingentes de armamento y soldados que son considerados como una amenaza para Rusia y las sitúa, de nuevo, como posible objetivo militar.
El actual conflicto entre Rusia y Ucrania nace de los intereses comerciales de las grandes compañías de gas y de la necesidad de determinados países de ejercer como mediadores en la distribución de la tan deseada fuente de energía para Europa. Mientras el gaseoducto que atraviesa el Báltico hasta Alemania permanece inactivo en contra de los intereses de este país, Ucrania pugna por mantener el paso del gas por su territorio, de lo cual obtiene una parte considerable de su PIB. Mientras tanto, EEUU, que gracias a la tecnología del fracking, muy lesiva medioambientalmente, ya puede vender su gas licuado a Europa, presiona para ampliar su mercado, y ya ha negociado con la UE suministrar gas desde otras fuentes bajo su control económico en caso de conflagración.
La Plataforma considera que es urgente desescalar el lenguaje belicista y la propaganda militarista que ha inundado los medios de comunicación, apostando por una solución dialogada a este conflicto, deteniendo el envío de tropas y armamento a la zona. Por ello, animan a la ciudadanía a recuperar el grito de NO A LA GUERRA para persuadir al gobierno español que abandone el seguidismo incondicional a los intereses de Estados Unidos y se ponga del lado de la paz y el desarme.
También rechazan el apoyo acrítico que responsables políticos, económicos, sindicales y universitarios están dando a la instalación en nuestra ciudad de una base militar de primer nivel, pieza clave de la estructura militar de la OTAN, sin capacidad de mirar más allá de las repetidas promesas de creación de empleo con las que pretenden acallar cualquier postura crítica.
La Plataforma Córdoba por la Paz comparte lógicamente la necesidad de crear empleo en nuestra ciudad, pero un empleo que sea útil para la ciudadanía cordobesa, contribuyendo a nuestro desarrollo y bienestar. Por ello proponen destinar el «desorbitado» gasto militar, y las importantes inversiones previstas por las distintas administraciones para la futura Base Logística militar, a iniciativas alternativas de carácter civil que creen empleo digno y de calidad, dando respuesta a las muchas necesidades ambientales, sanitarias, educativas y sociales de todo tipo a las que nos enfrentamos.
La Plataforma no quiere que se sitúe a Córdoba en la encrucijada de tener que elegir empleos que sostengan la guerra. «Esta situación coloca a regiones especialmente vulnerables, como Andalucía, bajo la necesidad de que apoyar la continuidad de conflictos bélicos, la muerte, la destrucción de culturas y de la naturaleza para poder tener un sueldo a final de mes«.
Por ello, recuerdan que el que abunden los recursos para la preparación de la guerra mientras escasean y se recortan los destinados a cuidar y satisfacer las necesidades más básicas de las personas es una señal de que el capitalismo no es un sistema viable, sino un sistema que busca la acumulación permanente a costa de la destrucción del medio y de las personas y que para acabar con esta economía de guerra necesitamos apostar por un nuevo modelo económico centrado en el trabajo y no en el capital. Un trabajo que recupere toda su dignidad al basarse en el respeto hacia todas las formas de vida y dirigirse a la producción y restitución de lo que realmente es legítimo y necesario. Solo esto hace a una economía racional.
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