La mejor prueba de las realidades paralelas en las que vivimos, o en las que nos quieren hacer ver que vivimos, se está dando en estos días. Desde los colectivos sociales, las asociaciones, los sindicatos reivindicativos, se llevan años denunciando la situación de miseria a las que las políticas de los distintos gobiernos españoles, dirigidas por la Troika de los mercados, ha llevado ya a una parte muy grande de la sociedad. Es una realidad que hemos vivido en nuestras familias, en primera, segunda o tercera persona; en nuestras amistades, vecindad, … Personas que llevan años en paro, como consecuencia de una crisis-estafa que, a pesar de que cuando explotó decían que iba a suponer una “refundación” del modelo capitalista, en realidad ha servido para que éste se refine, a través de varias vueltas de tuerca que han supuesto paro de larga duración, recorte de derechos laborales y de salarios, y temporalidad. Eso para la clase trabajadora. Para el capital, multiplicar por unos cuantos cientos los millones de euros de beneficios, a través de esa explotación de la mano de obra y, hay que decirlo alto y claro, gracias a los rescates de los gobiernos con nuestro dinero, que ha ido destinado a ellos en vez de a ayudar a los millones de personas damnificadas.
Repetimos. Eso lo vemos cualquiera. Pero aquellos que tomaron la decisión política de beneficiar al capital, en vez de a las personas, junto con unos medios de difusión que transmiten los mismos mensajes que sus dueños (deberíamos cada semana leernos quienes son los dueños de esas grandes corporaciones mediáticas para entender todo mejor), nos hacen ver cada día que existe una realidad paralela. Nos dicen que, a pesar de que tenemos a varias personas desempleadas alrededor nuestra, cuando no somos nosotros o nosotras mismas, la economía ha salido de la crisis y va creciendo. A pesar de que hemos visto y sufrido el que los salarios se hayan dividido por dos y trabajemos más horas con la amenaza del despido gratuito, nos dicen que se genera riqueza. ¡Claro que se genera riqueza!, pero, tal y como dicen sus propios estudios y estadísticas, esa riqueza va a parar a los más ricos, que cada vez lo son más, y menos a los y las más pobres, que, también, cada vez lo son más.
Las gentes, las y los sindicalistas del SAT, tuvieron que recurrir a la rebeldía y la desobediencia para hacernos salir de esa doble realidad. En agosto de 2012, cuando se aproximaba el comienzo del curso escolar, cuando ya había familias en esta Andalucía de gentes paupérrimas que se echaban a temblar con lo que se les venía encima, entraron en dos establecimientos de Mercadona, en Arcos de la Frontera y en Écija. Sabían que se jugaban lo que les va a ocurrir mañana. Podían haberse quedado quietos y no jugarse la cárcel o una multa. Porque, para eso, las decisiones políticas sí son graves con los de abajo. Pero decidieron que la dignidad de la gente está por encima de barrotes represores. Y, denunciaron, a través de la expropiación de alimentos y material escolar básico, la pobreza y precariedad que las decisiones políticas del gobierno estaban provocando. Unos días después, las gentes de los Campamentos Dignidad de Extremadura replicaron el acto en un Carrefour de Mérida.
Esta semana pasada, el relator enviado a España por la ONU ha titulado su informe “España: Las altas tasas de pobreza son una opción política”. Por lo que parece, esa doble realidad que nos quieren hacer ver es falsa, y sólo queda la que vemos, sufrimos, lloramos todos los días cada vez que miramos a nuestro alrededor. Y es fruto de opciones políticas, de decisiones políticas, tomadas, precisamente, por políticos neoliberales que dicen que el Estado no debe intervenir en la economía. Es decir, deciden a diario, desviando nuestro dinero público para los grandes bancos y multinacionales; deciden, eximiendo del pago de impuestos a las grandes fortunas, a las grandes multinacionales; deciden, promulgando leyes para que las empresas puedan contratar por horas y por cuatro perras a trabajadoras y trabajadores, y que puedan despedirlas incluso si están de baja por enfermedad justificada; deciden, legislando para perseguir a quienes se manifiestan de forma pacífica, como la Ley Mordaza; deciden, privatizando la sanidad, la educación, las pensiones, para beneficiar a las empresas sin importarles las consecuencias sobre las personas; deciden, no interveniendo sobre los precios de la vivienda y sobre los desahucios, cuando podrían decidir lo contrario. No es verdad que no quieran intervenir en la economía del país. El problema es que sí lo hacen, pero contra lo que dice el artículo 128 de la Constitución:
- Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
- Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general
¡Vaya con los constitucionalistas!
La justicia también está más que en entredicho. Esta institución es continuamente desnudada por organismos internaciones. El Consejo de Europa nos pone en el puesto 24 de 28 en cuanto a la independencia con la que la justicia actúa en nuestro país y nos dice que somos el que menos hace para remediarlo, a pesar de las amenazas con sanciones cada año. Los continuos varapalos desde Europa a las decisiones contra los políticos independentistas catalanes lo demuestran.
Mañana, en Sevilla, 20 personas honradas, valientes, dignas, íntegras, pasarán por un banquillo de esa justicia. Esperemos que esa institución “ciega” no lo sea ante la realidad de las personas que están detrás de la acción llevada a cabo por las y los sindicalistas del SAT.
Desde Paradigma Media Andalucía, enviamos toda nuestra solidaridad a estas personas y animamos a que se colabore con la campaña de solidaridad emprendida por el sindicato, acribillado a multas por las fuerzas de seguridad y la justicia.
A continuación, os dejamos un vídeo que ha grabado hoy mismo Julio Anguita, deferencia del Colectivo Prometeo, en apoyo a estas personas que mañana se sientan en el banquillo. Y también el devastador informe del relator de la ONU.
0 comentarios