La Glorieta Ciudad de Nüremberg (Vial Norte, avenida de los Piconeros con Almogávares) es desde anoche otro lugar para el recuerdo, el de los 345 cordobeses antifascistas que dieron su vida en la lucha contra el nazismo en Europa y perecieron en campos de concentración como el de Mauthausen. En un acto emotivo, cargos institucionales y miembros de la Plataforma por la Comisión de la Verdad narraron el periplo de estos jóvenes, la mayoría de ellos jornaleros.
Isabel Ambrosio tuvo unas palabras en memoria de estos republicanos exiliados tras el golpe de Estado, la sublevación del fascismo en España y la guerra civil, que cruzaron la frontera por los Pirineos para acabar en los campos de concentración de Mauthausen; «Esta placa viene a materializar el acuerdo del Pleno de nuestro Ayuntamiento, que hace tres años aprobó por unanimidad rendir homenaje a quienes fueron asesinados por la barbarie nazi y lo va a hacer en el lugar más adecuado para ello, esta glorieta que lleva el nombre de Nüremberg, capital del nazismo y ciudad donde posteriormente se juzgaron y condenaron sus crímenes». Para la alcaldesa, el evento de anoche supone «un acto de justicia para con los cordobeses que fueron asesinados o torturados hasta la locura, en otro campo de exterminio de trágica memoria para España y para quienes solo unos años antes, habían luchado por la República, Mauthausen». También participaron en el homenaje Pedro García (IU) y Rafael Blázquez (Ganemos). No hubo representación institucional del resto de partidos políticos.
José Manuel Matencio, portavoz de la Plataforma por la Comisión de la Verdad, también tuvo unas palabras para estos luchadores por la libertad;
«Buenas noches a todas y todos. Primero quiero agradecer a nuestra Alcaldesa el que haya invitado a la Plataforma por la Comisión de la Verdad a compartir este acto emotivo y de justicia donde, hoy recordamos, descubriendo este monolito, a los deportados y asesinados en los campos de concentración de Mauthausen.
Hace 15 años, también le hicimos un homenaje a los deportados y asesinados en Mauthausen de Posadas, con la ayuda de Amical de . Ya en aquellos momentos sentimos la necesidad y la obligación de restituir la memoria de estas personas que dejaron su vida tan lejos de su casa, de su familia, de su pueblo, de su país… Murieron allí, fuera de sus casas, sin su familia, si sus hijos…
El homenaje consistió en poner en la Fuente (lugar emblemático de Posadas) una placa de mármol que terminaba diciendo NUNCA MÁS y la cruzaba una alambrada como símbolo de los campos de concentración
En aquel homenaje llevamos esta inquietud a las escuelas y a los Institutos para que los jóvenes tuvieran conocimiento de la guerra civil tan brutal y terrorífica que nuestros padres y abuelos padecieron, y de los que llegaron en su huida, a dar con sus huesos en Mauthausen. Y es que el franquismo nos había amordazado de tal manera que se habían muerto los padres, y los hijos ya eran mayores y el silencio nos había llevado a desconocer la historia de nuestra propia familia y de nuestros propios vecinos.
Tomamos prestadas las palabras de Castilla del Pino que decía:
La ferocidad nazi, solapada con la implacable dictadura franquista, duró tanto que muchos de los que la padecieron, incluso muchos que supieron del padecimiento del padre, la madre, el hermano o el vecino, murieron sin poder ofrecernos su versión, porque mientras vivieron estuvieron obligados al silencio.
Y es que más de 1.500 andaluces y entre 300-500 mujeres de toda España, sufrieron la deportación en los campos nazis de Mauthausen. Y 2 de cada tres encontraron allí la muerte.
El primer español muerto en Mauthausen fue un andaluz también, José Marfil Escalona de Fuengirola, tenía 52 años. Los deportados españoles le dedicaron un valiente y emotivo minuto de silencio, y nos dice el libro de “los andaluces en Mat…que los presos querían simbolizar que, aunque les habían asignado un número y arrebatado su nombre, no se habían convertido en animales sin memoria.
Resalta también este libro, que fue Posadas, con 24 deportados y 16 de ellos asesinados, uno de los pueblos que más personas aportó (si es que se puede llamar así), a esta masacre, y se debió a que la gente huyó una vez tomado el pueblo por los golpistas y la dura represión sufrida. Esta huida les llevó primero por muchos lugares de España (Villaviciosa, La Mancha, Murcia, Barcelona…), después, a Francia, y más tarde, hasta Mauthausen con las consecuencias ya conocidas. También fue Posadas, junto con Zujaira, Pinos Puentes y Almería, los únicos pueblos que le habían hecho este homenaje a los deportados de Mauthausen, en aquel tiempo.
Pero también en la España de Franco hubo campos de concentración, a la vez que en la Alemania de Hitler. El de Los Merinales, en Dos Hermanas, por poner un ejemplo cercano. Este campo sería conocido con el sobrenombre de “Canal de los Presos” porque fueron los presos los que construyeron 150 km de canal sin ninguna maquinaria mecánica. Y por allí pasaron unos 10.000 presos, y se clausuró en el año 1962, es decir, 23 años después de terminar la guerra civil.
Para dar cobertura a estos trabajos, Franco y la Iglesia, habían creado el patronato para la Redención de Penas por el trabajo, y utilizan, esta mano de obra esclava tanto empresas públicas como privadas.
Algunos historiadores han señalado a Paul Winzer, jefe de la Gestapo en España, y jefe durante un tiempo del campo de concentración de Miranda del Ebro, el que llevo a que los campos de concentración en España se inspiraran en los que funcionaban en Alemania ya, desde 1938.
En algunos de los campos de concentración, eran los presos comunes más violentos, los encargados de la vigilancia de los presos políticos.
Queremos hablar también de la cárcel de Córdoba, para decir que en aquel aciago año de 1941, mueren en esta cárcel 502 presos (fue el año que más murieron), por hambre y desnutrición, enfermedades, hacinamiento, miseria etc, aunque, posiblemente hubieran muerto de cualquier otra forma.
Nos paramos un momento para juntos reflexionar sobre las Fosas de los cementerios de La Salud y San Rafael.
Creemos que se han dado pasos importantes para la exhumación de los cadáveres de las 4.000 o 5.000 personas enterradas en las fosas, y que ya se está haciendo el trabajo de la petición del ADN a los familiares. Este será un trabajo duro, pero tiene que ser constante en el tiempo, para que, aunque haya pasado, eso, mucho tiempo, los familiares de las víctimas se sientan reconfortados con sus Instituciones, sabiendo que ninguna los va a dejar en la cuneta, como en un tiempo fueron dejados sus seres queridos. Y sus restos, los de estos seres queridos, un día, que no sea muy lejano, puedan reposar con sus familiares.
Públicamente las Asociaciones Memorialistas pertenecientes a la Plataforma de la Comisión de la Verdad, nos ponemos a disposición de todas las Instituciones, en este caso de la Alcaldía y su representante, La Alcaldesa Dª Isabel Ambrosio, para juntos, exigir, que esta tarea, aunque difícil, se lleve a cabo sin dilación.
Las leyes de Memoria Histórica han venido a dar un respaldo definitivo a tantos historiadores que llevan años trabajando porque tengamos a mano parte de esta memoria que es necesario rescatar para que la sociedad pueda reconciliarse consigo misma, ya que resulta difícil mirar al futuro sin tener en cuenta la historia, la memoria y el sufrimiento de nuestros antepasados.
José Saramago, Premio Nobel de Literatura 1998, dijo una vez que físicamente todos nosotros ocupamos un espacio, sea éste nuestra casa, la calle o la ciudad, pero a su vez todos nosotros somos ocupados por nuestra memoria individual. Dicho de otra forma: “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos, sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir”.
¿Cómo eran los deportados andaluces y de donde provenían?. Los deportados andaluces eran jóvenes, entre los 20 y 30 años, que combatieron en la guerra de España, y cruzaron la frontera, tras la caída de Cataluña en aquel frio invierno de 1939. La mayor parte de estos jóvenes procedían del campo, o de un medio rural, fundamentalmente, eran jornaleros. De los más de 1500 andaluces que están en los campos de Mauthausen, solo 200 vendrían provenientes de las 8 capitales de provincia andaluzas y de Jerez de la Frontera.
El mayor número de deportados serán de la Comarca de los Pedroches y la Campiña Baja de Córdoba; del Valle del Guadalhorce y la costa malagueña. Todos tienen el factor común que quedaron en territorio fronterizo con la zona republicana. De los pueblos de la campiña cordobesa, se produce un verdadero éxodo huyendo de los fascistas en el verano de 1936 hacia la sierra y las comarcas próximas a Jaén (datos: Andaluces en los campos de Mauthausen)
De los de la provincia de Córdoba nombraremos su lugar de origen com prueba de reconocimiento: Aguilar 1, Alcaracejos 2, Almodóvar 2, Añora 4, Baena 15, Belarcázar 3, Belmez 9, Benamejí 1, Bujalance 3, Cabra 1, Cañada 1, Cañete de las Torres 1, La Carlota 2, El Carpio 2, Castro 6, Córdoba 14 (3 de Cerro Muriano), Covas 1, Dª Mencía 1, Dos Torres o Montalbán 1, Espejo 6, Espiel 2, F. Núñez 1, Fuente Obejuna 12, F. Palmera 6, La Granjuela 2, H del Duque 1, Hornachuelos 7, Lucena 1, Luque 3, Montemayor 2, Montilla 6, Montoro 6, N. Carteya 1, Obejo 1, Palma del R. 13, Pedro Abad 3; Pantano de la Serena 1, Peñarroya-Pueblo Nuevo 9, Posadas 16 (24 deportados), Pozoblanco 10, Priego 1, P. Genil 5, la Rambla 8, Torrecampo 3, Valenzuela 1, La Victoria 1, Villa del Rio 2, Villaharta 7, Villanueva de C. 4, Villanueva del D. 3, Villanueva del R. 1, Villaviciosa 6, Zambra 1, Zuheros 1. 6 sin identificar (datos: Foro por la memoria)
«Los profesores de los Institutos de Córdoba y provincia tienen aquí un lugar y una motivación para traer a sus alumnos y explicar en este lugar una lección de historia viva. En Alemania se hace algo así, llevan a los estudiantes a los campos nazis y les dicen: -esto hicimos hace años-. Es una forma de vacunarlos contra la intolerancia
Hoy, instituciones, Asociaciones, ciudadanos en general tenemos que hacer un esfuerzo personal y colectivo para llevar a cabo el trabajo que aún queda. Sea, este monolito, el comienzo de un reconocimiento a todas las víctimas, en este caso las del Holocausto nazi, y que sus nombres ya quedan grabados en las páginas simbólicas de este libro para que la memoria de ellos esté siempre presente, y nosotros que aún tenemos la vida, seamos capaces de trasladarla a ciudadanos de Córdoba, de Andalucía, de España y del Mundo, y esta perviva en nuestros hijos y nietos, que será la prueba de que el sacrificio de estos cordobeses no fue en balde».
*Foto de portada: Gustavo Sánchez Gómez.
0 comentarios