La Administración educativa andaluza vuelve a relajar sus funciones de prevención de la salud con respecto a la comunidad educativa (docentes, alumnado y familias) que se encuentra, una vez más, en una situación previsible, como viene denunciando el sindicato USTEA curso tras curso (https://educacion.ustea.org/ustea-denuncia-el-incumplimiento-de-la-legislacion-por-exceso-de-temperatura-en-las-aulas/), en la que «infinidad de centros educativos» se encuentran sin las actuaciones de bioclimatización, aires acondicionados (o con los aparatos instalados desde hace meses, pero sin la adecuación eléctrica que permita ponerlos en marcha) o espacios sin arboledas.
Esto se suma a la situación Covid, en la que numerosas poblaciones se encuentran con altos índices de contagios y en claro ascenso, sin posibilidad de aislamientos ni bajas y, por tanto, con el empleo de la mascarilla que lleva a las y los docentes y al alumnado a vivir situaciones diarias que claramente van en contra de los protocolos de seguridad y salud en lo que a materia de prevención de riesgos se refiere.
Si bien es cierto que hay situaciones que no se pueden prever, es más que evidente que en Andalucía, por regla general, aunque hay áreas donde la incidencia es aún mayor, la llegada de las altas temperaturas que afectan gravemente a la salud de docentes y alumnado es algo habitual y, por tanto, previsible.
Según USTEA, es «esencial y urgente» que se acometan las actuaciones necesarias para poder llevar a cabo la labor docente dignamente y en condiciones seguras, y más aún que se tomen medidas extraordinarias para que el profesorado y el alumnado andaluces no se vean obligados a sufrir las consecuencias perjudiciales para su salud en estos días y las jornadas lectivas que restan hasta la finalización de las clases ordinarias.
Por todo ello, USTEA exige el cumplimiento de la legislación en materia de Prevención de Riesgos Laborales, por el que las temperaturas no pueden sobrepasar los 27 grados centígrados; un plan de Bioclimatización ambicioso, adecuado, justo y urgente, junto a los recursos económicos suficientes; que dé cumplimiento a la Ley para la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros educativos andaluces, mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías renovables, así como la máxima transparencia en cuanto a las actuaciones desarrolladas y por desarrollar en la implantación de dicha norma, «garantizando unas condiciones de trabajo dignas y seguras que preserven la salud de docentes y alumnado y permitan que los procesos de enseñanza y aprendizaje se desarrollen en las mejores condiciones».
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