El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, con el fin de aumentar la conciencia medioambiental y fomentar la acción global en la protección del medio ambiente.
Ecologistas en Acción concede los Premios Atila, con el objetivo de “distinguir y denunciar a aquellas personas, entidades o proyectos que más hayan destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente”. Los premios, se concedieron por primera vez en 1992, tienen dos categorías, denominadas “Atila” y “Caballo de Atila”.
Los resultados para Andalucía han sido los siguientes:
– Premio Atila Andalucía 2020: Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía por promover normas y leyes de desregulación del urbanismo y el medio ambiente, con su propuesta de nueva Ley del Suelo de Andalucía.
El gobierno andaluz aprobó hace unas semanas la tramitación urgente del anteproyecto de la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA), escudándose en la crisis sanitaria y económica, provocada por la COVID–19 y en un claro intento de favorecer el crecimiento económico más depredador, mediante la modificación de la normativa ambiental y urbanística. Pretende llevar a cabo una “revolución gris cemento”como ha apuntado algún votante.
El Atila regional coincide con el de a nivel estatal, donde Andalucía lo comparte con Madrid y Región de Murcia. Las tres Comunidades Autónomas, están promoviendo modificaciones de sus leyes del suelo para favorecer la especulación urbanística, incluidos los últimos espacios naturales bien conservados. Para ello se elimina una parte sustancial de los controles ambientales existentes, reduciendo las ya escasas garantías de una evaluación independiente y objetiva de los proyectos, poniendo en manos de los ayuntamientos, la evaluación ambiental de los nuevos planes de desarrollo y sus proyectos de urbanización.
– Premio Caballo de Atila Andalucía 2020: José Alberto Armijo, alcalde de Nerja.
El segundo galardonado también aprovecha la crisis del Covid19 para “ajustar cuentas” con la empresa SAL SA Inmobiliaria -propiedad de la Casa Larios- mediante una innovación al Plan General de Ordenación Urbana del municipio, para adaptarlo a los intereses urbanísticos de la empresa. El ladrillo pone así en peligro una zona de gran valor histórico, cultural y paisajístico.
El jurado expresa su esperanza en que la concesión de estos premios, llame a la reflexión a los galardonados sobre el deterioro ambiental y social que sufre nuestro planeta.
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