Luzmarina Dorado
Confluencia es, según el diccionario de la lengua española Espasa-Calpe:
f. Unión o concurrencia de dos o más elementos
Lugar donde confluyen o se juntan los caminos, los ríos… etc.
Dicen que a la izquierda (las izquierdas) le persigue un antiguo fantasma que reza que su división es inevitable, mientras la derecha (¿las derechas?) siempre centrada en velar por los privilegios de unos pocos es bastante unitaria y por eso tiende a prevalecer y mantenerse.
Este axioma, siempre dicho desde el pesimismo, tiene parte –sólo parte– de verdad. Me gustaría poder aportar una visión diferente a la lectura que se hace de él para ver si ocurre al igual que con los fantasmas cuando enciendes la luz: que se desvanece.
Los movimientos sociales no poseen una voz única, sino que su actividad era y es fruto de la reflexión, el diálogo y la organización conjunta de muchas personas con distintas ideas, pero con objetivos comunes. Esto que puede verse como un inconveniente por ser un proceso que requiere más tiempo que el de proyectar un bonito y sencillo eslogan –y más en la actualidad, donde en nuestro día a día estamos acostumbradas a requerir respuestas cada vez más inmediatas y obligatoriamente satisfactorias–; yo lo veo como una ventaja. Un movimiento plural y reflexivo, que se mueve desde los análisis globales a los concretos, es necesariamente un movimiento más maduro que, desde la acumulación de experiencias y el consabido ensayo-error, afina cada vez tácticas más complejas y eficaces. Las izquierdas, que nacieron disidentes en un sistema ya dispuesto a desmontarlas y destruirlas, consiguen sobrevivir a pesar de la brutal contrapropaganda y escarnio que de ellas se hace. Y sobreviven precisamente porque sus pasos –aunque lentos, progresivos– demuestran la firme convicción en la necesidad de alcanzar un mundo cada vez más solidario y justo. Por eso en épocas de retrocesos sociales como el que vivimos donde reina la desesperanza, la incertidumbre por el futuro y la escasez a principio y final de mes, a las izquierdas les toca resistir y reagruparse; dialogar, converger y confluir para convertir el retroceso en otro impulso hacia delante. Todo esto con la añadida dificultad de un panorama donde el neoliberalismo crece y coge fuerza, cambia sus símbolos, sus nombres y sus caras para volver a vender las mismas ideas de siempre bajo otro disfraz. Ahora a la derecha tradicionalmente católica y heredera de la dictadura franquista encarnada por el PP se le une C’s con discursos de españolismo, malentendida unidad –más bien homegeneidad– y supuesta modernidad que recuerdan directamente a la Falange; sin olvidar a VOX, que es muy similar ideológicamente a los dos primeros pero no maquilla su discurso fascista bajo ínfulas de moderación y terminología económica y por eso sólo nos suena a peligroso chiste (todavía). Por otro lado tenemos al PSOE, partido del régimen con amable sonrisa que siempre me hace recordar las palabras de Javier Krahe “¿Es socialista, es obrero? ¿O es español solamente? Pues tampoco 100% si americano también”. El rearme del neofascismo en Europa es un hecho y sólo se amortigua en aquellos países donde la izquierda aún no ha tirado la toalla. Ahora que el bipartidismo en nuestro país parece resquebrajarse y no aparecen sólo nuevas izquierdas sino también nuevas derechas –algo que ya se empieza a desmenuzar el axioma del que partía al principio–, el espectro político parece pluralizarse, pero sólo en apariencia. No me cabe ninguna duda de que a la hora de la verdad el PP con la ayuda del camaleónico C’s y la impasibilidad cuando no directamente complicidad del PSOE, harán de freno a toda política que quiera modificar de forma radical (término muy denostado y de necesaria reapropiación por parte de las izquierdas) las estructuras institucionales que se han mantenido inamovibles durante la dictadura y prácticamente también durante esta mal llamada democracia que cumple en este 2018 cuarenta años.
Ante este horizonte es de vital importancia que las izquierdas confluyan si realmente pretenden hacer frente a un adversario con cada vez más caras y discursos aparentemente nuevos que tienen los mismos puntos en común: precarización, privatización, homogeneidad de población y pensamiento (que no unidad), simplificación de los análisis, apuntalamiento del actual, ineficaz, antiecológico e inhumano modelo productivo…
¿De qué modo hemos de confluir las izquierdas? El partido al que pertenezco, Podemos Córdoba, apuesta por un sujeto político más amplio donde los movimientos sociales, las necesidades de los barrios y las cuestiones de vital importancia estén puestos sobre la mesa, abriendo el diálogo a otros agentes de izquierdas. Si la izquierda ha demostrado ser plural y eso es un punto fuerte y no flaco a su favor (continúo desmantelando el axioma del principio), tiene que incorporar por necesidad y de base lógicas sociales que ya se están abriendo camino en la actualidad. La izquierda tiene que perder el miedo a abrazar el feminismo, el ecologismo, el animalismo así como maneras y discursos rompedores e incluso desobedientes, construyendo formas de actuación comunes que consigan impugnar el sistema en su contenido y no únicamente en sus formas. Consideramos que un programa de enfoque rupturista con las lógicas del régimen del 78 es un punto de partida necesario, que construya un nuevo modelo productivo (energías renovables, turismo sostenible y respetuoso, remunicipalización y protección de servicios públicos, la puesta de las tareas de cuidados en el corazón de la sociedad y la política, apuestas culturales enriquecedoras…) centrado en las necesidades locales. Todo esto apostando por asambleas democráticas como órganos de decisión y diálogo de participación directa.
Una vez habiendo revisado el QUÉ es cuando tratamos de ver el CÓMO hacer presente esa confluencia, esa unión de ríos que fluyen hacia una misma dirección. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo tenemos una oportunidad para terminar de arrojar luz sobre nuestro axioma-fantasma, y eso sólo lo podremos hacer desde espacios amplios donde nos construyamos pluralmente y nuestros pies avancen con firmeza en la misma trayectoria desde el acuerdo y los numerosos puntos en común que nos fortalecen como izquierda(s).
*Secretaria política de Podemos Córdoba.
Interesante foto-exposición de una sociedad desorientada, quizá perdida en la nube que día a día amenaza su vida cotidiana.
Las «derechas», las «izquierdas» y los «centros», a nivel global, colectivo y sobretodo individual, caminan en una misma dirección: El Interés personal a corto, medio o largo plazo.
Es la «Liga del Egocentrismo» dónde todos compiten contra todos.
Más allá de la dimensión política se esconde eso que llamamos»condición humana».
A día de hoy y desde hace ya demasiados siglos y milenios , el campeón invatible sigue siendo el Sr. D.Dinero y su Sra. Dña. Poder.
Ojalá en otra dimensión cósmica la humanidad se libere de su propia esclavitud.
Felicidades !!