Cuando se escribe este artículo, estamos entrando en la cuarta ola de calor que “disfrutamos” este verano de 2023 en nuestra ciudad. Cualquiera que lo lea pudiera pensar que son unos “días malos” que pasar en una época del año en la que siempre ha hecho calor. Pero, sinceramente, eso ya no cuela ni para los más cavernícolas. Que el cambio climático está aquí ya y desde hace tiempo, es algo que solo pueden negar personas cuyo intelecto da para seguir levantándose por las mañanas y poco más.
Hace unas horas, la NASA, organismo poco proclive a defender cuestiones medioambientales, ha avisado de que estemos preparados en España para soportar pronto 50º. En Córdoba ya hemos vivido esa, al menos, sensación, aunque no hayamos llegado a la oficialidad de esa temperatura.
Pues bien, más allá de las medidas globales que palíen al menos las consecuencias ya irreversibles de nuestro maltrato al planeta, nuestro Ayuntamiento no parece dispuesto a poner las suyas para que en Córdoba no vivamos en un auténtico desierto, con lo que ello conlleva, en pocos años.
Al continuo ninguneo al que nuestro consistorio somete a nuestras zonas verdes y arboleda existentes (no haciéndoles un mantenimiento correcto, no sustituyendo aquellos árboles que han de ser talados, no regando los pocos que plantan nuevos, etc.) se suma el incumplimiento de la legalidad vigente en materia de medidas contra el cambio climático.
A este respecto conviene recordar cuál es la situación actual en Andalucía. La Ley 8/2018, de 8 de octubre, que rige las medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en Andalucía, dispone que, una vez aprobado el Plan Andaluz de Acción por el Clima, los Ayuntamientos disponen de un plazo de un año desde la aprobación del Plan para aprobar sus Planes Locales contra el Cambio Climático establecidos en el artículo 15 de dicha Ley.
El Plan Andaluz se aprobó en Consejo de Gobierno el 13 de octubre de 2021, y fue publicado mediante el Decreto 234/2021 en el BOJA número 87 de día 23 de octubre de 2021. Por lo tanto, y si se hubieran cumplido los plazos establecidos en la Ley, el Plan Municipal contra el Cambio Climático del Ayuntamiento de Córdoba debería haber sido aprobado, como mucho, en octubre de 2022. Llevamos pues, 10 meses de retraso, recordamos una vez más, en una situación de emergencia climática.
A lo más que ha llegado nuestro consistorio ha sido a la aprobación, el pasado 20 de abril, de un borrador del Plan. Borrador que contiene un documento llamado “Medidas de actuación previstas” en el que figuran tres de ellas relacionadas con el arbolado urbano:
- Actuación A.3.1: Revegetación o reverdecimiento del espacio urbano, en la página 64 del documento. En dicho punto se propone realizar un estudio previo de acciones de ampliación de arbolado y zonas verdes que incluya las potenciales ubicaciones y actuaciones por barrios y barriadas de la ciudad, así como el desarrollo de las actuaciones identificadas como prioritarias. El presupuesto con el que está dotada la medida es de 15.000€, financiados con fondos propios.
- Actuación A.3.6: Actuaciones para aumentar las sombras en el ámbito urbano, desarrolladas en la página 68 del documento. En ella se propone planificar la implantación de las sombras naturales y artificiales que serán necesarias ante la previsión de temperaturas cada vez más altas y un mayor número de meses calurosos. El presupuesto que cubre estas actuaciones es de 20.000€, también financiados con fondos propios.
- Actuación A.3.10: Contempla, en la página 72 del borrador, el estudio y desarrollo de medidas concretas de adaptación en los barrios y barriadas periféricas. Y habla de identificar, en primer lugar, las medidas concretas necesarias, tales como zonas sombreadas, fuentes, mejora de la adaptabilidad, para personas mayores al calor, así como de los centros educativos, pavimentos permeables en las calles, accesibilidad, etc. Y, para ello, se contempla la realización de mediciones y seguimiento y control de las condiciones micro climáticas en el municipio. Se contemplan 15.000 euros, también financiados con fondos propios, para poner en marcha esta actuación.
El grupo de trabajo sobre Cambio Climático del Consejo Municipal de Medio Ambiente solicitó en enero de 2023 al Área de Infraestructuras, Sostenibilidad y Medio Ambiente que se ordenara la redacción de los estudios e informes antes señalados habida cuenta de su moderado importe (50.000€ pírricos), de su importancia, y de que el borrador del Plan propone que se financien con fondos propios. Todo lo contrario. Desde dicho grupo se denuncia “la lentitud con la que se está gestionando la aprobación del Plan, y que hace que todos los plazos y la necesaria aplicación de las medidas de adaptación se estén retrasando injustificadamente”.
En la misma línea de necesidades de toma de medidas para adaptarnos en la ciudad a la realidad del cambio climático y mitigar en lo posible sus efectos, está la propuesta de Pacto de Ciudad por la Reforestación, cuyo documento, remitido a los grupos municipales, subraya la necesidad de “Un acuerdo de estas características, suscrito a largo plazo y que, considerando la posible alternancia en el gobierno municipal, debe ser asumido por todos los grupos municipales sin reservas, en términos de igualdad y sin protagonismos de ningún tipo”. Y también incide en que, “con anterioridad a la firma del pacto y a la vista de los informes técnicos oportunos, se compartirá esta iniciativa con todos los órganos de participación ciudadana interesados: Consejo Municipal de Medio Ambiente, Consejo del Movimiento ciudadano, etc.”
Es de destacar, como queda reflejado en la redacción de esta propuesta, la indiscutible renuncia por parte de las organizaciones que la han elaborado, a ningún protagonismo y, por el contrario, la intención de participación, debate y toma de acuerdos de forma consensuada por la ciudadanía, colectivos e instituciones.
El pasado miércoles, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, animó a las organizaciones ambientales, ecologistas y verdes de la ciudad a que “se sumen a la mesa que en septiembre se creará en el Pacto por la Sostenibilidad y el Cambio Climático”, que él mismo propuso en el Pleno de Investidura tras su reelección el 28 de mayo. Bellido considera que dicha “mesa” es mucho más amplia que un pacto por la reforestación.
Esa nueva “mesa” que el alcalde propone suena a lo que ha ocurrido muchas veces antes: inventar una nueva herramienta que anule lo avanzado y acordado en la anteriormente usada. Parece mucho más lógico y operativo aprobar definitivamente el Plan Municipal contra el Cambio Climático, que ya va con 10 meses de retraso y que contiene 67 propuestas procedentes de las diferentes áreas, empresas y organismos autónomos municipales, así como de los agentes sociales que han participado en su redacción (Consejo Municipal de Medio Ambiente en el que están representados el movimiento ciudadano, ecologista, sindicatos, organizaciones empresariales, la Universidad de Córdoba…, entre otras) que convocar un nuevo órgano, la mencionada por Bellido “mesa por la Sostenibilidad y el Cambio climático”. Incluso tampoco parece que tenga que ser excluyente esta nueva mesa con poner todos los recursos disponibles al servicio de un proyecto de reforestación urbana que tanto la ciudadanía como la comunidad científica reconocen imprescindible e inaplazable para adaptar los barrios a las altas temperaturas que nos están castigando y que conforme a las previsiones de los paneles de expertos irán en aumento en años venideros.
En todo caso, no tiene visos de que la intención del alcalde sea la de remar en el sentido de la sostenibilidad y la coherencia medioambiental. Más allá del tema del arbolado, y mientras que la Junta y el Ayuntamiento se gastan un dineral en publicidad institucional animando loablemente a la ciudadanía a reducir el consumo de agua, el despilfarro con el líquido elemento es monstruoso. Ahí está el caso de la utilización del agua que necesita Doñana para su conservación para uso privativo. O el de los campos de golf. Según el ingeniero agrónomo Santiago Martín Barajas, un campo de golf de 18 hoyos consume, por metro cuadrado, entre 1.500 y 2.000 litros de agua al año, es decir, lo que consumen 15.000 personas en ese mismo período. En Andalucía son más de 110 campos de golf los existentes, mientras que el gobierno municipal de Bellido acaba de aprobar el tercero en Córdoba, que está siendo construido en estos días, en plena sequía que está provocando restricciones en algunas poblaciones de la provincia.
A estas propuestas de “amortiguación” de lo que ya sufrimos, hay otras muchas, repetidamente demandadas por los científicos y los colectivos medioambientalistas, que se antojan imprescindibles, como la creación inmediata de pantallas vegetales en edificios de obra nueva, en los públicos como colegios, o mediante rehabilitación de existentes; creación de una red amplia de alquiler de bicicletas eléctricas o puesta en marcha de un tranvía eléctrico por superficie; elaboración de un plan de choque que luche contra pozos ilegales en nuestro término municipal; llevar a cabo un exhaustivo control sobre las piscinas privadas; control del uso de los aparatos de climatización en comercios; control de las actividades laborales en verano, etc., etc.
Decíamos al principio que la situación que vivimos no es, como diría el anterior presidente del Gobierno, acólito de Bellido, Mariano Rajoy, “cosa menor”. Como estamos comprobando, las temperaturas que estamos sufriendo en la ciudad están incidiendo directamente en la vida de las personas que la habitamos. Pero no solo en nosotras. También en aquellas que nos visitan, que, espantadas por los más de 40 grados, renuncian a visitar nuestra ciudad. Y ahí le escuece más al gobierno de la derecha de nuestra ciudad: los intereses de los capitales instalados aquí y el flujo económico que, principalmente, es aprovechado por ellos, están en peligro.
Es el momento, por tanto, para que José María Bellido decida si quiere ser recordado por la historia como el alcalde que tomó medidas valientes y rápidas para que Córdoba pueda seguir siendo una ciudad habitable en el presente y en el futuro o por no haber hecho nada para que esta preciosa población se convierta en una zona semidesértica, difícil de habitar e imposible de visitar. Otros regidores municipales han pasado a la historia por hechos acometidos en su mandato. Hoy, todo el mundo reconoce, entre otras muchas cosas, la modernización modélica de los servicios municipales llevada a cabo bajo la alcaldía de Julio Anguita (a quien, por cierto, Bellido sigue negando una calle o plaza con su nombre) ¿Se recordará a Bellido por su apuesta por la habitabilidad de la ciudad o por haberla dejado convertirse en una zona desértica?
Viendo el lamentable estadode conservación del arbolado situado en el parque del Arroyo Pedroches…igualmente en derredor😰😰😰