AREMEHISA ha trasladado su preocupación ante el anuncio de la consejera de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, de que no ofrecerá los resultados definitivos de las identificaciones genéticas de los cuerpos recuperados en marzo 2019 en el cuadro de San Ramón del cementerio de La Salud “en tanto no se finalicen por completo las exhumaciones en la fosa”.
El colectivo memorialista ha recordado que el Gobierno andaluz ha multiplicado por nueve el plazo máximo de cuatro meses para las identificaciones y ha puntualizado que estas declaraciones, con las que Patricia del Pozo respondía ayer a una pregunta formulada en la Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía, evidencian el “total y manifiesto desconocimiento” de la consejera acerca de la “situación real” de los cementerios y las fosas de Córdoba.
“La situación de Córdoba capital difiere de la de Sevilla o de Málaga, donde los trabajos se centran en grandes fosas, porque aquí, y en concreto en el cementerio de La Salud, se utilizaron muchos espacios de enterramiento distintos. Por eso, el hecho de plantear tener que intervenirlos todos para poder ofrecer a las familias los resultados del análisis del ADN es lo mismo que decir que, en el mejor de los casos, el proceso puede durar décadas”, han explicado.
A juicio de AREMEHISA, el planteamiento de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico “no es coherente” porque “contradice la propia realidad de los hechos”. Así, han recordado que en la misma provincia de Córdoba existen ejemplos “como el de Monturque o Adamuz” en los que la Junta de Andalucía “ha ido comunicando los resultados por fases, sin tener que esperar a que se exhumaran todas las fosas”.
Desesperanza de los familiares
Para AREMEHISA no existe una justificación que avale un retraso de tres años, ni siquiera por cuestiones técnicas. “Estos trabajos comenzaron en 2019, al inicio de una legislatura que pronto terminará, dejando una situación peor que cuando empezó porque, además de no tener resultados, tenemos constancia del fallecimiento de alguno de los familiares que entregaron su ADN”.
En este sentido, AREMEHISA ha alertado de que el desencanto y la desesperanza de buena parte de los familiares de las víctimas con los que mantiene contacto la asociación es “total”. “Ya no esperan nada de las administraciones y son plenamente conscientes de que posiblemente morirán sin encontrar los restos de sus seres queridos”.
Exhumar para identificar
En este punto, AREMEHISA ha recordado que sin identificaciones genéticas, las exhumaciones “pierden parte de su razón de ser, que es devolver a los familiares los restos de sus seres queridos. Antes solíamos decir que sin exhumaciones no se podía identificar; ahora lo que nos preguntamos es para qué sirven tantos esfuerzos para poder exhumar si no se identifican los cuerpos”.
En este sentido, desde la asociación han señalado que los procesos de análisis de ADN están siendo infructuosos y están arrojando porcentajes tan bajos de resultados positivos porque “nadie está asumiendo una tarea que es clave y fundamental: la búsqueda de familiares válidos de las víctimas”.
De la misma manera que se hace una búsqueda de las fosas y de los cuerpos de las personas que yacen en ellas, han argumentado, “a los familiares válidos también hay que buscarlos, pero eso requiere una importante inversión de recursos, personal, tiempo, dinero y trabajo que ni administraciones ni técnicos están haciendo”.
Este tipo de trabajos supondrían, según el colectivo, “un ahorro de recursos y logístico muy importante” que permitiría “incrementar la eficiencia de los trabajos y ampliar tanto el marco de acción como las probabilidades de éxito en la identificación”. Sin embargo, cuando no se llevan a cabo el mensaje que está mandando, a la luz de los malos resultados, es que las identificaciones son “una pérdida de recursos y que no valen la pena”.
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