El 11 de marzo de 2011 un violento tsunami embistió a la costa este de Japón y causó daños en la Estación de Energía Nuclear de Fukushima, de donde se liberaron grandes cantidades de material radiactivo en el ambiente.
Desde entonces, se han utilizado más de un millón de toneladas de agua para enfriar los reactores derretidos. Ese agua queda contaminada y voces pronucleares hablan de echarla al mar con las terribles consecuencias que ocasionaría. En promedio, cada día en Fukushima se bombean cerca de 200 toneladas de agua radioactiva que proviene de los reactores dañados.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en esta región japonesa ha aumentado el riesgo de algunos cánceres, por lo que se pide que se intensifiquen los servicios sanitarios de apoyo a esta población y se mantenga un seguimiento continuo y exámenes de salud a largo plazo. Además, según este informe, es necesario vigilar la grave contaminación ambiental de las aguas y alimentos producida por la radiactividad.
Nuevamente, en recuerdo del 11 de marzo de 2011 y dado que la situación es cada vez más alarmante en Fukushima, afirmamos que las centrales nucleares representan el peor legado contaminante del mundo, pues los residuos que generan suponen un riesgo letal para las generaciones siguientes durante miles de años ¿No es suficiente ya?
Desde la ASAMBLEA ANTINUCLEAR DE CÓRDOBA seguimos pidiendo el CIERRE DE LAS CENTRALES NUCLEARES pues cuantos más años sigan abiertas solo estamos prolongando el riesgo y aumentando la generación de residuos nucleares y radiactivos.
En nuestra provincia de Córdoba se ubica el cementerio nuclear de El Cabril, cuyo cierre seguimos pidiendo, tal como ha exigido el Parlamento Andaluz desde su creación. El nuevo PLAN GENERAL DE RESIDUOS RADIACTIVOS que prepara el gobierno debe recoger expresamente que no se produzcan nuevas ampliaciones de ese cementerio nuclear y un plazo para su cierre definitivo, pues Andalucía ha pagado ya con creces una supuesta “solidaridad nuclear” y la sigue pagando, no solo en El Cabril sino también en la zona contaminada por las bombas atómicas caídas sobre Palomares (Almería), las secuelas de la fábrica de uranio de Andújar (Jaén), los fosfoyesos de Huelva o la fábrica de Acerinox (Campo de Gibraltar).
Las grandes corporaciones energéticas pretendan restarle importancia, argumentando que se trata de un accidente puntual y que se están adoptando medidas técnicas para evitarlos en el futuro. Pero sabemos que la energía nuclear no es ni limpia, ni segura, ni barata, como nos sigue demostrando hoy en día Fukushima, donde hay más de 5.000 personas trabajando para descontaminar la zona y la amenaza de verter al océano Pacífico el agua radiactiva que ya no cabe en los contenedores de tierra, afectaría a la vida marina y a la pesca a nivel mundial.
Por ello, desde la Asamblea Antinuclear de Córdoba hacemos un llamamiento a la ciudadanía cordobesa para concentrarnos el próximo miércoles 11 de marzo a las 18 horas en la zona conocida como Jardines del Rocío, frente al Centro de Arte Contemporáneo, en el Parque de Miraflores de Córdoba. Plantaremos un nuevo ginkgo -árbol de los cuarenta escudos o nogal del Japón- para continuar formando “El Bosque de Fukushima”, que cuenta ya con ocho árboles, uno por cada año transcurrido desde el accidente.
Un año más alzaremos nuestra voz para exigir LA NO AMPLIACIÓN DEL CABRIL Y SU CIERRE y que accidentes nucleares como el de Fukushima NUNCA VUELVAN A OCURRIR EN NINGÚN LUGAR DEL MUNDO.
FORMAN PARTE DE LA ASAMBLEA ANTINUCLEAR DE CÓRDOBA: ANIDA, Córdoba en Común, Ecologistas en Acción Córdoba, EQUO, HORNASOL-Asociación Ecologista de Hornachuelos, Ingeniería sin Fronteras (ISF), Izquierda Unida (IU-LV-CA), Partido Comunista de Andalucía (PCA Córdoba), Podemos, USTEA.
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