Los servicios municipales se mueren, es un clamor, pero que no se puede contar, no vaya a ser que alguien se entere…
Los Servicios Sociales se quedan sin gente y los que hay tienen que hacer el trabajo de antes, que ya era más que suficiente, y además el de los que se han ido y nadie vendrá por ellos, y también el de los que tienen que venir pero que no vendrán.
La Oficina Municipal en Defensa de la Vivienda la borran de la web y cuando la ponen de nuevo lo hacen sin decir a qué área municipal pertenece y eliminando todos los datos de las actuaciones realizadas para silenciarla poco a poco, pronto se descubrirá con qué intención.
La policía local tiene que poner orden en más eventos que antes, especialmente procesiones, pero cada vez hay menos policías y cada vez tocan a más.
Los bomberos tienen vehículos pero les faltan conductores, además de una plantilla cada vez más mermada.
El Departamento de Cooperación y Solidaridad, referente a nivel nacional, se desprende de las personas que lo levantaron y pone en la picota a los que quedan haciéndoles que se enfrenten a una oposición en la que no van a preguntar nada de cooperación ni de solidaridad.
El área de Participación, motor de unas políticas que fueron ejemplo y modelo a seguir por muchas ciudades, se empieza a gripar, quienes eran responsables de una zona ahora lo son de dos, y los centros cívicos a veces no se pueden abrir por falta de personal que los abra.
Y así podríamos seguir hablando de las multas que se quedan sin cobrar porque no se tramitan, de los impuestos que no se recaudan por alzamientos de bienes que nadie descubre por falta de inspectores, de las áreas dónde solo hay un director o directora que no tienen a quién dirigir…
Todo esto, que no se cuenta, es un clamor cuando andas por Capitulares y quienes sufren en silencio como les faltan manos para tapar los agujeros de una institución que no da los servicios que tiene que dar y podría dar, ya no pueden más y explotan.
Pero eso sí, hay más jefes políticos que antes, hay más papeles que antes, hay más auditoría que antes y hay más promesas que nunca, las de antes que no se cumplieron y las nuevas que no hay intención de cumplir.
El Ayuntamiento no se empezó a caer en este mandato, ya lleva tiempo cuesta abajo, pero la velocidad de caída aumenta día a día, por una parte por la ley de reforma local que el PP impuso con su rodillo y por otra por la falta de valentía para hacer políticas municipales que rompan con un sistema capitalista y centralista al que la ciudadanía le importa un pimiento.
Y a pesar de todo a día de hoy quienes nos gobiernan en esta ciudad continúan diciendo que todo va bien y que va a ir mejor, recaudando menos dinero para mantener los servicios y perdiendo el personal que vela por ellos.
¿Cuánto tiempo seguirán poniendo cara de póquer?
* Imagen de portada con licencia CC obtenida de wikipedia.
Soy un trabajador del ayuntamiento que corroboro punto a punto lo que ha expresado Rafael, una persona a quién aún recordamos con mucho cariño y por quien todavía nos damos golpes de pecho por no haber sido capaces de convencerle para que se quedara, aunque entendemos que no tuvo otra salida que marcharse ante lo que había.
Ojalá fuera bastante valiente para dar mi nombre, pero no me fio de quienes nos gobiernan, que además de que les importa bastante poco el Ayuntamiento son capaces de purgarnos a quienes pensamos de forma diferente.
Ojalá seamos capaces los trabajodores de unirnos y levantar la voz ante lo que está pasando, ¿sarán la talla los sindicatos?