El Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) ha señalado, a través de un comunicado público, que el plan de acción sobre el ruido que está elaborando el Ayuntamiento de Córdoba adolece de los mismo defectos que ya se evidenciaron en el mapa estratégico sobre ruido que le sirve de base.
Y el principal de esos defectos es que se ha realizado sin haberse practicado mediciones reales, es decir que sólo se han tenido estimaciones como base.
Igualmente se ha minusvalorado la repercusión de la red ferroviaria, fundamentalmente en la periferia y en los nuevos barrios creados más allá de las zonas soterradas.
Tampoco se han medido los efectos de la hostelería y del ocio nocturno que repercuten en la vía pública y en numerosas viviendas, no sólo por las personas que asisten a los establecimientos, sino por los ruidos y vibraciones que se producen. En el plan no se han incluido las motos y su repercusión en el tráfico en numerosas zonas de la capital.
Finalmente, no se ha estudiado la repercusión de nuevas infraestructuras pendientes como son la Ronda Norte o la segunda fase de la Variante Oeste (segunda fase, ni el futuro de la Carretera de Palma del Río o la antigua Nacional IV.
Frente a esas carencias el CMC considera que se debe contar con un plan que incluya mediciones reales de forma periódica para actualizar las nuevas fuentes de ruido que puedan ir surgiendo.
Exigir un segundo Plan Renfe que suponga sacar la red ferroviaria de los núcleos urbanos de la periferia. Mientras, se trata de adoptar medidas que reduzcan el ruido, como pantallas arbóreas y se aplique el Plan de apantallamiento de ADIF para la zona de Villarrubia.
Medir los lugares de concentración de negocios de hostelería con terraza y de ocio nocturno, adoptando medidas que permitan reducir el ruido que puedan generar en exceso, especialmente por la noche. «Entendemos que este ruido debe ser tratado, gestionado y evaluado con la misma rigurosidad y eficiencia que el ruido emitido por medios de transporte, tráfico rodado, ferroviario y aéreo», señalan. Para ello, se pueden hacer mapas de ruido específicos por barrios y calles afectadas, declarando zonas ZAS donde las mediciones lo recomienden. Es implica Colocar sonómetros en las zonas más problemáticas para realizar mediciones en tiempo real.
Asimismo, se plantea realizar mediciones acústicas cuando se celebren en la vía pública actos y espectáculos que utilicen música amplificada, altavoces, megafonía para verificar que se respetan los niveles de ruido
Y, para que resulte eficaz, ante emisiones por encima de las máximas establecidas, adoptar medidas para mitigarlas, incluyendo, si fuera necesario, medidas sancionadoras. Realizar un estudio técnico que valore la incidencia acústica de eventos o actuaciones en la vía pública, sobre todo donde se concentren más, con el fin de analizar si a densidad e intensidad sonora producida puede alterar la calidad de vida del vecindario residente.
Oras fórmulas que se reclama son ampliar las medidas de inspección sobre ruidos de motos, evitando las manipulaciones de los vehículos; exigir que las infraestructuras que se puedan aprobar cuenten con plena seguridad de no incrementar las molestias por ruidos; controlar el ruido y exigir medidas para su disminución a fábricas e instalaciones industriales establecidas en suelo urbano o muy próximas a viviendas y controlar el ruido que provocan los ‘núcleos zoológico‘, tales como gallineros, rehalas de perros o establos de caballos, que se encuentran en suelo urbano o muy próximos a viviendas.
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