El Consejo del Movimiento Ciudadano se ha dirigido al gobierno municipal y le ha solicitado crear una mesa de debate sobre las ferias de las barriadas que se organizan en la periferia, faltas de un modelo claro y consensuado vecinalmente.
Las nuevas exigencias, legales, técnicas y organizativas, incluso los problemas de transporte, han derivado en una confusión que ha bajado la calidad de las fiestas y su relación con el entorno, pudiendo entrar en una estela hacia la desaparición si no se les dedica el tiempo, medios e interés necesarios.
Las ferias de las barriadas periféricas solo tienen sentido si se definen como unas fiestas unidas a su vecindario, que en esta época de verano y vacacional se incrementa de forma exponencial. Para ello, debe contarse con la comisión de festejos que debe estar formada por el/la representante personal del alcalde y de los colectivos de la zona, empezando por el Consejo de Distrito. Expulsar al movimiento asociativo de este proceso es precipitarse en un fracaso anunciado.
La indiscutible necesidad de mejorar los procedimientos de contratación o la transparencia de las actuaciones, la imprescindible mejora de la infraestructura, la calidad del recinto y de la programación y la inclusión de la presencia ciudadana en la organización, no tiene que ver con decisiones poco justificadas como limitar el número de casetas, dar de lado a la población joven, reducir hasta cero las atracciones feriales; condicionar la revista de feria, unificar la cartelería, o tener que sufrir que el suministro eléctrico sea mediante ruidosos y contaminantes generadores.
Para resolver esto, el Consejo del Movimiento Ciudadano solicita una mesa de debate con los presidentes de los consejos de distrito, los representantes personales del alcalde y los responsables, al menos, de festejos e infraestructuras por parte municipal, que se reúna en cuanto acaben las ferias este año, hagan una diagnosis del actual modelo y cierren una propuesta que se articule durante la primavera y se ejecute el próximo año. De no ser así, de proseguir en un modelo de arriba a abajo en la organización, peligra la continuidad de las ferias.
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