Las Marchas de la Dignidad de Córdoba advierten que muchos de los fenómenos que se vienen sucediendo en los últimos años están tremendamente interconectados y tienen como sujeto último la crisis de un sistema -el capitalismo- que, una vez extraída toda la riqueza de la que la minoría dirigente se ha podido apoderar, nos empuja hacia sucesivos fracasos que pretende que acaben pagando los trabajadores y trabajadoras.
Por ello, denuncian que «la crisis climática, la crisis energética, las sucesivas crisis económicas, y la consiguiente precarización a través del desempleo, de la temporalidad, de la pobreza y la desigualdad, de la pobreza energética, de los desahucios, de las migraciones masivas, son diferentes expresiones de una crisis sistémica que está empezando a manifestarse con toda su crudeza y ante la que la clase trabajadora tiene que organizarse para poder encontrar una salida desde la perspectiva del reparto equilibrado de la riqueza«.
En su nota de prensa, las Marchas recuerdan que la crisis climática provocada por el uso descontrolado de combustibles fósiles era una evidencia científica desde hace más de 50 años, e incluso las empresas del sector energético conocían las previsiones de cambio climático efectuadas por sus propios equipos de analistas, por lo que entienden que «los responsables de la emergencia climática tienen nombre y apellidos, y se sientan en los consejos de administración del lobby de los combustibles fósiles«, por lo que denuncian que el capitalismo, al que consideran que empieza a tocar fondo, ha generado daños en los ecosistemas que podrían ser irreversibles en una escala de tiempo humana. Daños que, «asociados al brutal expolio de los recursos naturales, son consustanciales a un sistema que pone en el centro de todas sus políticas el beneficio de los inversores«.
En una extensa y argumentada nota de prensa, los colectivos componentes de las Marchas de la Dignidad explican que «la actual crisis energética tiene su origen en las dificultades para extraer petróleo una vez alcanzado el pico de explotación y en el encarecimiento del gas derivado de problemas en la extracción y distribución de este recurso. Esta crisis ya está desencadenando sucesivos episodios de desabastecimiento de energía, minerales, plásticos, materias primas e incluso algunos productos alimentarios. Y es solo el principio de la crisis de recursos energéticos que irá provocando, lenta pero inexorablemente, el agotamiento de los mismos, sin que las energías alternativas puedan sustituir la capacidad de generación de energía que caracteriza a los combustibles fósiles«.
Asimismo, denuncian que las sucesivas crisis económicas provocadas por la “financiarización” del sistema económico, que finalmente ha pagado la ciudadanía bajo la forma de subvenciones y rescates a la banca y al sector financiero, ha provocado un incremento de la precarización de la clase trabajadora, mientras que estamos observando una brutal concentración de la riqueza cada vez en menos manos con la complicidad de los poderes políticos, siempre al servicio de la clase económicamente dominante.
Abundando en ese análisis, entienden que la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19 también forma parte del mismo proceso de encadenamiento de daños provocados por un uso insostenible de los recursos naturales, una auténtica batalla contra el planeta emprendida por el capitalismo desde el comienzo de la industrialización. «Una batalla caracterizada por el expolio de los sistemas naturales, un ataque desmedido a toda forma de vida que nos conduce a una peligrosísima pérdida de biodiversidad, la razón última de la extensión del virus de la COVID, escenario sobre el que la comunidad científica advierte que se continuará repitiendo si no somos capaces de revertir la pérdida de biodiversidad«.
Las Marchas de la Dignidad opinan que se avecinan tiempos convulsos que generarán un fortísimo malestar social, y es necesario que la clase trabajadora identifique claramente quiénes son los responsables de esta situación y no se deje cautivar por los cantos de sirena, la demagogia, el populismo y las soluciones que propongan cargar sobre otros pueblos o sobre los colectivos empobrecidos el coste de la salida a las crisis que se anuncian. «Solo hay una solución a un tenebroso futuro de escasez de recursos energéticos y materiales, y es la solidaridad y la exigencia de un reparto equilibrado de la riqueza«.
Por todo ello, las Marchas anuncian que están preparando una acción reivindicativa llamativa que sirva de información a la ciudadanía en general. Dicha acción tendrá lugar previamente a las fiestas navideñas y será anunciada en pocas fechas. Con ella quieren «contribuir a que la población tenga la mayor información posible para que tome las decisiones oportunas en la mejora de su presente y futuro, así como el de nuestra casa, el planeta Tierra. Es, precisamente, la falta de esa información la que provoca su inacción y favorece las decisiones de las élites en favor propio«.
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