Verdades como puños
Tan rotunda expresión se la oímos a una pareja adentrada en la cincuentena que nos leyó, al poco de salir andando las pancartas. Seguramente sufren en la carne de sus hij@s, si no en la propia, desempleo y precariedad.
Cada frase es una chispa, juntas una hoguera; ordenadas alumbran un relato de denuncia del sombrío mundo laboral que dejamos a quienes vienen detrás.
“Reforma laboral, dictadura empresarial”, los gobiernos de Zapatero y Rajoy pusieron los cimientos.
“El desempleo no es virtual, es real”, “¿Sigue el trabajo precario?” (irónica llamada a los hechos, frente a fake news).
“Trabajo precario, pobreza segura”, consecuencia de las reformas neoliberales: cada vez más pobres y pocos ricos más ricos.
“Ante el exilio joven ¿nos callamos?” La sangría de jóvenes preparados continúa sin demasiada contestación.
“Empleo estable, salario digno” es lo único que piden para quedarse, o al menos para salir del agujero…
Un pensionista vasco que estaba de visita, nos cedió un pasquín que usan los lunes en Bilbao. Sirva de petardo final para esta traca:
NUNCA UN PAÍS TAN POBRE HIZO UNOS CHORIZOS TAN RICOS
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