Se ve finalizar ante nosotros un conjunto de 10 años que nos han marcado como una nueva sociedad. Hemos experimentado grandes cambios, mediambientales, económicos y políticos, pero sobre todo sociales. Nos ha cambiado la vida: ahora, la sociedad cree que la mujer no se toca, o que la homosexualidad es lo más normal del mundo. Se han producido cambios en la mente de la sociedad. Ahora es momento, en esta otra gran década que se nos abre, de empezar a lograr los objetivos que pedimos. 2020 es un número perfecto. Aprovechémoslo y recordémoslo cómo el mejor año del siglo, lleno de nuevos avances, cambios sociales y diversidad.
Llevan las mujeres siglos y milenios bajo el yugo del hombre. Su paciencia ha acabado. Esta década, la sociedad mundial se ha unido al movimiento feminista, un movimiento de igualdad, paz y más libertad para aquellos que antes no la tenían. Hemos llegado a las 1000 mujeres asesinadas por sus parejas. Es hora de frenar en brusco ya este avance del machismo, que, sin lugar a duda, cada día está más podrido por dentro.
Otro grupo que pasó sus malos momentos fue el colectivo LGTBI. Que tu forma de ser o de ser atraído fuera anormal (definiendo «normal» como lo que la sociedad piensa que es la gran mayoría) no era buena idea si vivías hace pocos años. 41 años han pasado de las últimas sanciones por la homosexualidad. 15 años de la legalidad del matrimonio homosexual (todo esto en España). Sin embargo, al igual que en el feminismo, hay fuerzas contrarias al progreso que dominan parte de la sociedad, que actúa de forma fóbica contra aquellas personas «diferentes».
La sociedad mundial dividida por un tema como la inmigración. Hemos migrado siempre, pero nunca había consecuencias económicas o políticas. Ahora, la gente, ciega, se cree el discurso xenófobo. Un inmigrante es lo más inofensivo que existe. Viene de un país en guerra para conseguir la paz. Para unas cosas somos solo un país, para lo que nos conviene (Unión Europea o la Unión MÉXICO-CÁNADA-EE.UU.) y para otras debemos respetar las fronteras. Pues perdona que os diga, pero así, vais al borde de la amargura, de la monotonía y la depresión. La diversidad no es mala. Nosotros mismos somos diversos por naturaleza.
Ha aparecido el cambio climático y desgraciadamente, no hay nadie que lo pueda parar. Hasta ahora lo veíamos posible, pero viendo las circunstancias, cada día vamos a peor. Se nota que todavía no nos hemos concienciado tanto sobre el tema como con el feminismo o el movimiento LGTBI. De todas formas, la lucha no puede parar. Debe seguir hasta el punto máximo que podamos alcanzar. No nos vamos a dejar morir tan fácilmente.
Desgraciadamente, las extremas derechas están, por otro lado, floreciendo. Familias divididas por cuestiones políticas, pensamientos que odian al de tu lado… Hemos visto que este grupo de personas no quiere ningún progreso y las medidas que toman las hacen con mala sombra: mienten a la sociedad creyendo que la propuesta consigue igualdad para después conseguir apoyo para un programa que en realidad hace daño a un gran colectivo de gente.
Se acerca el 2020, lleno de ilusiones, lleno de propuestas y sobre todo lleno de cambios. La fuerza individual se debe agrupar, hacerle frente a esas fuerzas que evitan el progreso, concienciar de los graves problemas que el mundo y en concreto España tiene. Que nazca de nuevo esa España revolucionaria de los 20 y los 30, años de mucho progreso social hace un siglo y que lograrían grandes batallas de no haber sido por las fuerzas fascistas que se lo evitaron.
Tenemos ante nosotros, la fuerza joven para la manifestación, los testimonios de ancianos que nos permiten comparar, y la fuerza política de los adultos. Aprovechemos este momento en el que nos hierve lo sangre por algunos temas y logremos realmente el cambio. Porque en realidad no es tan difícil. El cambio es fácil de conseguirlo. Solidaridad, fuerza y constancia. Porque si ellos pudieron nosotros ahora gritaremos que… ¡Sí se puede!
0 comentarios