En esta segunda entrega, nuestra amiga Marta Sánchez de Ron nos comenta el anuncio, todavía no oficial, de que el gobierno está preparando una medida de renta mínima y la publicación de un MANIFIESTO para que se ponga en marcha una Renta Básica de Emergencia. La diferencia entre los dos planteamientos se sitúa sobre todo en la incondicionalidad y la necesaria suficiencia de la segunda. Ante la pega que se pone de que “no hay dinero para financiarla” basta decir dos cosas: que en la situación de emergencia, que bajo un punto de vista de la situación económica y social apenas hemos entrado, no se puede pretender mantener el chip que se viene arrastrando desde la crisis de 2008 porque con más austeridad, recortes y aumento de la desigualdad vamos al abismo. No valen paños calientes. Nos esperan horas de enorme confrontación social.
Por otro lado, en caso de turbulencias económicas siempre constatamos que se mueven cantidades ingentes de dinero (hace pocos días decidía el gobierno establecer una línea de avales para las empresas en más de cien mil millones de euros) para “salvar la economía”, eufemismo que designa el chorro de millones que se da a los grandes capitostes económicos en apuros.
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