- Bajo el llamamiento «Árboles por el clima», se realizarán reforestaciones participativas.
- Estas reforestaciones suponen una de las herramientas de remediación y adaptación ente el cambio climático más eficaces, imprescindibles , ante la emergencia climática en la que estamos instaladas.
Ecologistas en Acción anuncia que, en esta campaña, se centrará en las plantaciones urbanas con el empeño de transformar las ciudades, autenticas islas de calor, en espacios más amables desde el punto de vista climático, para mejorar la convivencia aumentando la presencia de zonas arboladas.
El objetivo es pasar de ratios de 1 árbol por cada 4 habitante, como ocurre en ciudades como Sevilla, a otro de 1:1, compensando así la deuda de oxigeno que las ciudades mantienen con el resto del territorio. Es un objetivo viable a medio plazo si nuestro empeño se traduce también en una exigencia para la acción de la administración que debe traducirse en la plantación de árboles en todos los rincones de la ciudad y que más allá de parques, jardines y alcorques se centre en la sustitución de los espacios del coche en espacios para el árbol y las personas.
Con esta campaña, Ecologistas en Acción quiere facilitar a los colectivos y asociaciones de Andalucía que puedan disponer de planta forestal de la red de viveros de la Junta de Andalucía, para poder organizar plantaciones bien diseñadas en las que se elijan las especies más adecuadas para el lugar donde se va a reforestar, con el compromiso de mantenimiento, tan importante o más que la actuación puntual de plantación.
Aparte de la acción prioritaria en entornos urbanos que recomiendan para esta campaña, Ecologistas en Acción entiende que queda mucho por hacer también en espacios rurales, donde hay miles de hectáreas de terrenos públicos donde poder actuar y recuperar la vegetación original que, tras años de intervención humana, se ha perdido. Como ocurre con miles de kilómetros de vías pecuarias, patrimonio de todas, que están necesitadas de plantaciones masivas de árboles autóctonos para revertir su función ganadera, que ha perdido en mucho de los tramos, a espacios de conexión ecológica y de uso público, evitando su usurpación por particulares como viene ocurriendo. Otros miles de kilómetros de riberas deforestadas, que hay que cubrir de vegetación para que sean fuente de vida, sirviendo de refugio a especies que viven adaptadas a entornos agrícolas, pero que precisan de estas islas de vegetación para sus funciones vitales, además de los beneficios consabidos que genera la vegetación riparia de retención de sedimentos evitando la erosión, la mejora de la calidad del agua por biodepuración e incluso de la cantidad de agua disponible al favorecer la recarga de los acuíferos.
La organización ecologista señala que también hay otros terrenos de interés para sus intervenciones, como son las lindes de caminos públicos que deben recuperar su potencial de reservas de biodiversidad, actuando como beneficiosos cortavientos para los cultivos adyacentes. Además de montes públicos degradados por malas prácticas o incendios que precisan de nuestra acción voluntaria para exigir a su vez la acción coordinada de la administración competente.
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