Millones de pensionistas y ciudadanía hemos estado manifestándonos en estos dos últimos años en defensa del SPP. Nuestras demandas se han llevado a las calles, plazas e instituciones de la mayoría de las ciudades y pueblos del país. Hemos cambiado políticas y gobiernos.
La mayoría de nuestras reivindicaciones siguen sin ser atendidas. Por eso nuestra lucha no puede parar hasta que las veamos cumplidas.
Para el 28 de abril se han convocado elecciones. Todo apunta a una confrontación política y electoral entre quienes defienden políticas sociales, de mejora del estado de bienestar y reparto de la riqueza, frente a los que abogan por la rebaja de impuestos, por los regalos fiscales a los ricos y por la liquidación del gasto social.
Somos 9.500.592.024 pensionistas y personas jubiladas que con nuestros votos podemos conseguir un próximo gobierno que destine el gasto público para recomponer los efectos negativos de la crisis, que han recaído sobre las clases populares, para mantener el SPP y que se comprometa con nuestras reivindicaciones.
Advertimos a los partidos y coaliciones políticas, que para merecer nuestro voto tienen que incluir en sus programas electorales las siguientes propuestas:
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Revalorización anual automática de las pensiones en base al IPC real, como derecho y por ley.
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Pensión mínima garantizada de 1.084 €, previa equiparación con los 900 € del SMI, evitando la exclusión social con retribuciones más igualitarias, limitando la brecha entre mujeres y hombres.
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Derogar las medidas regresivas de las reformas laborales y de pensiones de 2011 y 2013, que han precarizado el trabajo, disminuido los salarios y vulnerado los derechos sindicales
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Garantizar la viabilidad y estabilidad del sistema público de pensiones, complementando sí fuese necesario las cotizaciones con aportaciones presupuestarias, sin deducciones empresariales, eliminando costes de gestión, cotizando por la totalidad de los ingresos
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Asegurar la financiación y el desarrollo de la ley de dependencia, suprimiendo la privatización de estos servicios y de los tratamientos geriátricos, derogando el copago farmacéutico y recuperando los medicamentos que dejaron de ser financiados
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Reforma fiscal progresiva y justa, como en los países democráticos, contribuyendo a repartir la riqueza y a suprimir desigualdades sociales, persiguiendo la evasión de capitales y el fraude fiscal.
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Una mesa de negociación y diálogo, donde, además de otros colectivos implicados, estemos representadas las personas afectadas. Los pensionistas reclamamos tener voz y voto en la reforma integral del SPP
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Las instituciones no promoverán planes privados de pensiones, suprimiendo las desgravaciones fiscales de esos productos financieros perjudiciales para el SPP
No daremos nuestro voto a quiénes se presentan pensando sólo en sus intereses partidistas y olvidan hablar del reparto de riqueza y de terminar con la desigualdad. No podemos olvidar ni votar a los partidos que han bloqueado en el Congreso iniciativas con nuestras demandas (PP-Cs) y que solo se han esforzado para destruir el sistema público de seguridad social y facilitar así su privatización.
Si queremos que nuestro voto sirva para favorecer políticas sociales que beneficien a la mayoría pensionista, a los trabajadores/as y a las personas más perjudicadas por la crisis estafa, ya sabemos a quiénes no debemos votar.
LAS URNAS SON NUESTRAS/NUESTRO VOTO ES NUESTRA FUERZA NUESTRO VOTO ES PODER
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