“Que estén felices y si les confinan que jueguen a muchos juegos, que hagan gimnasia… todo lo que quieran”. Es el mensaje que lanza Luna, una cordobesa de 6 años, en relación al coronavirus. Ayla de 5 años se imagina una videollamada con el mismo coronavirus para decirle justo lo que le diría Jorge de 4 años “¡Fuera coronavirus, no puedes estar aquí!” . “Para, no estés más y así podríamos salir sin tapabocas”, insiste Julieta, una niña colombiana de 4 años. “Estas voces no te las puedes perder” es la etiqueta utilizada en las redes sociales que interpela a escuchar las opiniones, reflexiones y sentimientos de las niñas y los niños, quienes comparten cómo están viviendo la pandemia de la COVID-19. Estos pequeños y pequeñas expresan sus necesidades y recuerdan lo bueno y lo malo de los meses del confinamiento. Tienen nombre y apellidos y van desde los 4 hasta los 9 años. Luna, Aitor, Ayla, Jorge, Uli, Inti, Mehdi son de Córdoba, Eduardo vive en Nicaragua, Julieta es de Colombia y Ángela, de Mozambique.
Los niños y niñas están hartos de esta situación y lo expresan así: “Es un poco pesado (el coronavirus) porque ya ha infectado a muchas personas”, dice Uli de 7 años, quien añade: “Me molesta la mascarilla contra el Covid. No me deja hacer nada”. Por su parte, Inti de 9 años afirma: “Me preocupa que alguien de mi familia se enferme”. Ángela desde Mozambique exclama: “Yo quiero salir y divertirme…”. “Que desaparezca del planeta, que no esté en el universo, que esté mucho más allá. ¡Vete ya de aquí!”, insiste la pequeña Luna.
“Uno de los objetivos de la campaña es servir de altavoz de las niñas y los niños e impulsar que sus opiniones se escuchen y podamos conocer lo que sienten con la pandemia. Durante la cuarentena, aunque de manera puntual y más desde la anécdota, tuvieron minutos de gloria en las televisiones o radios. Sin embargo, en la actualidad vemos que siguen invisibilizados. No se les pregunta, no se les tiene en cuenta para tomar decisiones correspondientes sobre el coronavirus o sobre cualquier asunto que les afecta”, explica Claudia Usuga, responsable del proyecto “Tenemos un plan para un mundo mejor”, donde se inserta esta campaña de comunicación. Esta iniciativa entronca con la Convención sobre los Derechos de la Infancia la cual define que la población infantil tiene reconocido su derecho a comunicar, es decir, las niñas y los niños tienen derecho a expresar opiniones, y que estas sean tenidas en cuenta en todos los asuntos que les afectan.
A la vez que se escuchan los sentimientos, opiniones y necesidades de los niños, la campaña invita a la ciudadanía a expresar ideas porque comunicar es un acto liberador, siguiendo el ejemplo de los más pequeños. “Esta idea adquiere más fuerza en este contexto de pandemia, que está generando miedos, incertidumbres y estados de ansiedad”, afirma Usuga. Por eso, la estrategia comunicativa en las redes sociales intenta abrir un diálogo con toda esta realidad.
Campaña de prevención
Las niñas y los niños conocen las medidas para prevenir el coronavirus. Nos las recuerdan en diversas cuñas audiovisuales. “Distancia de seguridad de 2 metros, lavarse las manos, ponerse la mascarilla, utilizar gel hidroalcohólico…” Aparte, algunos niños detallan las acciones que han incorporado en su cotidianidad, como quitarse los zapatos cuando llegan a casa.
Todo no va a ser coronavirus
“Las niñas y los niños retomamos nuestro plan para un mundo mejor. ¡La pandemia no nos para!” Y es que aunque el coronavirus centra la atención de todo, los pequeños nos recuerdan sus ideas para un mundo mejor, recogidas desde finales de 2019 hasta marzo de 2020, cuando el coronavirus paralizó toda la actividad que desempeñaba CIC Batá en diferentes centros educativos en Andalucía. Con este “grito”, se retoma en una segunda fase de la campaña la difusión de ideas, compartidas y trabajadas en talleres celebrados en diferentes centros de Andalucía (Córdoba, Málaga, Cádiz y Granada), que han servido para descubrir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente aquellas metas relacionadas con la igualdad, el cuidado del planeta y la diversidad cultural. Las niñas y los niños aprenden estos retos a la vez que arman un plan para un mundo mejor, desde metodologías educativas participativas y lúdicas. Ideas como “Quiero un aparcamiento de bicicletas en mi colegio”, “No comprar ropa, zapatos o juguetes que no necesitemos”, “Tirar la basura a la papelera”, “Respetarnos entre todas las personas, sin importar la raza, la religión o la cultura” o “Que no suframos acoso escolar”. Estas ideas se pueden descubrir en productos comunicativos y otros soportes, como una libreta editada con dibujos hechos por los participantes. Este proyecto está financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.
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