El Consejo del Movimiento Ciudadano ha solicitado al gobierno local que, tras la fase de campaña de concienciación que se ha estado desarrollando, se pase a la fase de inspección tal y como se acordó en la última mesa de veladores. Cuando se va a cumplir la mitad del año, la Gerencia de Urbanismo ha dado publicidad a algo más de 400 licencias, cuando el año pasado pasó de las 800. Esto significa que el 50% de las terrazas están de forma ilegal y sin control, a pesar de que la prórroga era casi automática.
En la línea de apoyar al sector hostelero, el Consejo del Movimiento ciudadano aceptó que se diera más tiempo para solicitar la prórroga de las terrazas de 2020, incluidas la flexibilizaciones que se hubieran aprobado para cumplir con las nuevas distancias impuestas por la pandemia. También aceptó que HOSTECOR tuviera más tiempo para que los negocios pudieran solicitar la prórroga, para lo cual este año solo tenía que solicitarlo con una mera instancia. Pero, a pesar de todas estas facilidades, unos 400 negocios han pasado de cumplir con la normativa aprobada y están instalado sin
permiso e incluso están ocupando más espacio público no autorizado.
Hay zonas de la ciudad, como María de la Judía, donde ni el 25% de los negocios han solicitado licencia, lo que demuestra el sentimiento de impunidad con el que se mueven. Esta situación de ilegalidad acaba dañando a los negocios que sí han cumplido y que observan cómo a su alrededor nadie hace cumplir la normativa. Para el Consejo del Movimiento Ciudadano, la Gerencia de Urbanismo y la policía local deben hacer cumplir las ordenanzas y evitar que se pueda entender que hay manga ancha para cualquier comportamiento.
En esa inspección, se debe empezar por los negocios sin licencia y hay que comprobar especialmente que se mantienen los espacios peatonales y las vías de accesibilidad (pasos de peatones, entradas a viviendas, …). Asimismo, se debe cortar la proliferación de mesas pegadas a la fachada por impedir las rutas para discapacitados visuales. Igualmente hay que evitar que las terrazas se desplacen fuera del terreno autorizado, alterando la licencia concedida. Por último, se tiene que comprobar que no hay terrazas cerradas con cortinajes o toldajes porque se apropian de un terreno público de forma permanente y porque se convierten en verdaderas habitaciones ambulantes.
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