El Ministro de Cultura está dispuesto a descolonizar los museos que estén bajo su competencia y ha anunciado el propósito de lanzar un plan para este cometido.
En un país donde la tasa de abandono escolar es tan alta, donde estamos entre los paises con más pobreza infantil de la UE, donde la brecha para acceder a la cultura entre la España interior, rural y despoblada con respecto a las zonas metropolitanas es enorme, parece que la prioridad es la revisión de la supuesta “colonizacion” o su término antagónico, la “descolonización” como una interpretación histórica de las relaciones sociales, de los estados o antes los reinos.
Porque nos invade otra “moda” woke nacida de USA y del posmodernismo: La descolonización. Y se promociona mientras, hacemos brocha gorda de las lecturas históricas tratando a Hernán Cortés de vil criminal, frente a Moctezuma y los Aztecas – una de las civilizaciones que han existido más crueles con sus mismos pueblos y vecinos -, o se mira con simpatía el derribo de estatuas de Colón en América. Sin embargo nos enorgullecemos del pasado hispano del emperador romano Trajano y damos valor a la pasada presencia almohade y su legado a la identidad Andaluza. Es el nuevo pensamiento líquido y su estrategia para calar más fácilmente entre la población, sustituyendo el argumento basado en datos por lo emocional lo identitario y subjetivo.
La humanidad ha conquistado, dominado y la cultura ha viajado de un lugar a otro en la mayoría de las veces a través de dichas guerras y dominios.
En lugar de decirnos cómo tenemos que mirar esa historia mejor sería proporcionar esa información para que la población saque sus propias conclusiones, esa debería ser el principal cometido de las autoridades culturales, sin dirigismos, y no la de insinuar cómo tenemos que pensar si no se quiere caer en el adoctrinamiento.
Una colonia del S. XIX inglesa o Belga no era igual que un territorio español de América Latina en el S. XVI. No es cuestión de describir aquí sus diferencias. Que hubo y abusos, sí, pero también cierta preocupación por dotar de trato de humano a muchos nativos que no eran vistos como simples animales como hicieron otras potencias extranjeras siglos después en otros territorios. Un siglo antes de que Inglaterra fundara la Universidad de Harvard en el S XVII en América del Norte, España ya tenía 15 Universidades en sus dominios hasta llegar a 32 en la que llegaron a graduarse 150.000 personas entre castellanos, criollos y nativos; también se desconoce que en las Cortes de Cádiz, una de las más avanzadas de su época, participaron representantes de los virreinatos españoles de América.
La relación colonia-metrópolis de alguna forma también se da ahora y entre nosotros. Solo hace falta mirar como están configuradas la red de autovías o ferrocarriles de España que marcan los desequilibrios territoriales actuales, como se hacen las grandes inversiones dirigidas al criterio meramente económico productivo en lugar de la equidad social. Sería mejor atender la realidad de cómo y porqué hay decenas de museos abandonados en capitales de provincias y pueblos cuyas mejores obras y documentos están fuera de ellos en algún organismo de la capital de España, acumulando una riqueza patrimonial artística a costa y en detrimento de sus lugares de origen. No hay que irse al Museo Británico .
O la económica base fundamental del dominio y la perpetuación de la desigualdad: aun tenemos grandes empresas tanto públicas como privadas que operando en todo nuestro territorio tienen sus centros de decisión y tributan en la capital de nuestro país.
Si de descolonizar se trata ojalá se empiece por ahí.
Alfonso Bejarano. Sociólogo y docente.
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