En el día de hoy, CTA ha enviado un comunicado en el que denuncia un caso concreto de una trabajadora de Ayuda a Domicilio que puede, perfectamente, servir de ejemplo de lo que se vive en el sector, obscenamente precarizado y cebado en la mujer trabajadora.
Transcribimos íntegra la nota de CTA.
Carmen comenzó a trabajar con la empresa AL-ALBA, (empresa de Almería que no tiene sede social en Palenciana) en junio del 2017. Desde entonces cuenta con 27 contratos de obra o servicio determinado, algunos de ellos de un solo día de alta (contratos que con seguridad son en fraude de Ley).
Algunos de ellos con jornada a tiempo parcial del 25% y el 26% sobre la jornada a tiempo completo de 39 horas semanales, cuando lo mínimo que permite contratar el convenio es el 64% de la jornada máxima.
Incontables modificaciones de la jornada impuestas por parte de la empresa, sin queja alguna de ella, desde febrero del 2018 Carmen ha sido contratada de forma intermitente pero constante para cubrir vacaciones, Incapacidades Temporales, etc. Además, siempre ha estado disponible para la coordinadora para atender incidencias imprevisibles.
Además de estar a jornada parcial, le partían la jornada, lo cual está prohibido por el convenio colectivo. Porque además de ganar una miseria no le permite trabajar en otro sitio, por la jornada partida. Pero ella prefiere someterse a todas esas condiciones antes de estar desempleada.
La empresa, en ocasiones, les quitaba usuarios para dárselos a otras trabajadoras con menos antigüedad, y en otras ocasiones le planificaba jornadas larguísimas, lo que sí motivó sus quejas.
Dentro de todos los abusos habidos y por haber, la empresa le informa que estaría contratada del 13/03/2019 al 03/04/2019 para sustituir a una trabajadora. De hecho, dos días antes de empezar este contrato le informan del cuadrante.
El día de antes de comenzar con este nuevo contrato (el 12/03/2019) llaman del hospital para intervenir de inmediato a su marido. La trabajadora solicita ese mismo día permiso retribuido, como le corresponde, para asistir a la intervención quirúrgica de su marido.
La empresa la llama para decirle que si pretendía disfrutar del permiso, le quitaban el cuadrante, es decir, que la echaban. La trabajadora coge la baja por depresión y finalmente es despedida. Respecto del permiso le llegaron a decir, que como estaba de sustituciones, no tenía derecho de disfrutarlo.
A Carmen, también se la tenían guardada. Fue la que descubrió a la que se chivaba a la empresa de todo, principalmente con mentiras, y que esa que se chivaba no le prestaba la jornada completa a algunos usuarios. Eso sí, con el conocimiento y complot de algunos familiares, que así lo manifestaron a la empresa.
Y ésta, en absoluto, ha actuado abriendo un expediente disciplinario e informando de la situación a los Servicios Sociales Comunitarios, porque ambas cuestiones son punibles. Ha tapado la situación.
Por eso, esta empresa no tiene coordinadora en Palenciana, ni le hace falta sede social. Se ahorra dos costes: el de la coordinadora y el del alquiler del local. ¿Quién le hace ese trabajo? La que trae y lleva.
Esta y no otra es la realidad que viven miles de mujeres que trabajan en la Ayuda a Domicilio. Donde aparecen toda clase de abusos y por supuesto sustracciones perfectamente organizadas en su sueldo. Esta empresa, hasta que pusimos la denuncia en la Inspección de Trabajo, seguía pagando el sueldo de hace dos convenios y les decía que era con el que ellos se habían subrogado. Por eso levantó la inspección de trabajo un montón de expedientes de liquidación a la Seguridad Social. Expedientes de los que la Inspección de Trabajo no informó al Sindicato C.T.A. que fuimos los denunciantes, así nos impiden seguir actuando.
Hace un año, aproximadamente, nos entrevistamos con el Sr. Alcalde de Palenciana, para que pusiera pies en pared con este asunto. Y en lugar de adoptar medidas, lo que hizo fue echarles la culpa a algunas trabajadoras que reivindican lo que les pertenecía, y decir, que él en esto no entraba. Y para colmo se va a comer en Navidad, paz y amor, con el empresario, de almuerzo de fin de año. Así después no se pueden exigir responsabilidades.
Un Alcalde que no defiende a las mujeres trabajadoras de su pueblo, frente a los abusos de una subcontrata del Ayuntamiento, ¡mal asunto! Eso debe de tener un porqué.
Esto no tiene más solución que la readmisión de la trabajadora. Este Sindicato no va a dar marcha atrás. Y si nos tenemos que manifestar una y diez veces lo vamos a hacer. De momento lo que el Alcalde debería de comenzar es un expediente para inhabilitar a esta empresa para trabajar para las Administraciones Públicas. Que no sabe lo que es esto. Cuando quiera se lo explicamos.
Y recordad, Carmen somos todas y todos también.
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