“No somos ignorantes, somos ignorados. Los pobres somos sujeto. Las cosas se consiguen con la movilización. Los pobres son minerales de primera, cuando se organizan”. Manolo Cañada, Campamentos Dignidad Extremadura
Redacción
“Un buen día, mucha ilusión y mucha esperanza”, así describe Lola Contreras Izquierdo, la presidenta de la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados, el día de hoy, con motivo de la VII Jornada Andaluza de Barrios Ignorados que se ha celebrado en la mañana del 13 de abril de 2019, en el Centro de Servicios Sociales “La Foggara”, en la Barriada de Palmeras, Córdoba. La asociación ya lleva 10 años, desde que se constituyó en 2009, reivindicando los derechos de los barrios más excluidos y de las personas que habitan en ellos, que podrían encuadrarse en el derecho a una vida digna y en igualdad con cualquier barrio del mapa andaluz.
Lola Contreras Izquierdo ha explicado a Paradigma el objetivo de las jornadas: “Hemos venido a Córdoba para analizar las políticas de la Junta de Andalucía destinadas a sacar a las familias andaluzas de la pobreza y la exclusión. En concreto, queremos analizar colectivamente la renta mínima, puesta en marcha por el gobierno autónomo en enero del 2018. Contaremos experiencias de personas que la han solicitado, y compartiremos los obstáculos que se han encontrado. Vamos a conocer experiencias como la Marea Básica a nivel estatal que trabaja con las familias afectadas para sumar. Asimismo, analizaremos la prestación de Servicios Sociales en los barrios ignorados y para las familias afectadas. Queremos que las familias de un barrio ignorado tengan las mismas condiciones de vida que las familias de otros barrios. Hemos rescatado a la Banca, vamos a rescatar a las personas”, concluye Contreras.
Las jornadas fueron inauguradas, además de por la propia Lola Contreras, por Paco Povedano Cáliz de la Asociación de Barrios Ignorados de Córdoba e Isabel Ambrosio, Alcaldesa Córdoba, y han contado con presencia de unas 120 personas de cuatro provincias andaluzas (Sevilla, Jaén, Granada y Córdoba), una veintena de colectivos, personas de la Marea Básica contra el Paro y la Precariedad de Extremadura, Madrid y Barcelona. También asistieron el Primer Teniente Alcalde, Pedro García, y el Concejal de Servicios Sociales, Juan Hidalgo. La alcaldesa reafirmó el compromiso municipal de buscar el equilibrio entre barrios y la igualdad entre personas, y puso como ejemplo que el presupuesto destinado a Servicios Sociales se duplicó en cuatro años. Paco Povedano Cáliz informó de que el Plan Integral establece un compromiso para y con la corporación municipal, agradeciendo este compromiso al gobierno municipal, pero advirtiendo que “nos tendremos que pelear con ellos para seguir avanzando”.
El prometido análisis de la eficacia de la renta mínima puesta en marcha por la Junta de Andalucía no tuvo desperdicio, tanto en los paneles entre conferenciantes como en los pasillos. Se entremezclaban sentimientos de indignación, sabiduría popular, rebeldía y esperanza con la fuerza de la lucha colectiva.
Las personas conferenciantes y participantes remarcaron este incumplimiento, así como las trabas burocráticas del proceso de obtención de la renta mínima que suele tardar unos 8 a 9 meses de media.
En la primera mesa de debate, comenzó interviniendo Hontanares Arranz, perteneciente a la Marea Básica contra el Paro y la Precariedad, quien defendió la campaña que se está haciendo desde este colectivo para conseguir el cumplimiento de la Carta Social Europea, que dice que ninguna prestación social dentro de la Unión puede estar por debajo del indicador de umbral de la pobreza. España se lleva un triste e indignante “suspenso” en cuanto al cumplimiento de Derechos Sociales”. El último Informe del Comité Europeo de Derechos Sociales remarca con contundencia que España incumple los Derechos Sociales, y con ello la Carta Social, la “constitución social europea”, compromiso gubernamental de obligado cumplimiento. Y la incumple por no garantizar condiciones y accesibilidad de derechos básicos y rentas que puedan garantizar la subsistencia de la población más vulnerable. Igualmente, se incumple el artículo 23.2 del Estatuto Andaluz que garantiza la renta mínima a la ciudadanía andaluza. Desde la Marea Básica se está llevando a cabo una campaña de reclamaciones individuales (no puede ser de otra forma al no tener España firmado el protocolo de reclamaciones colectivas), que, en Valladolid, ya ha dado el primer resultado positivo dando la razón al demandante, un miembro de la Asociación “Parados en Movimiento”.
A continuación, intervino Manolo Cañada, de los Campamentos Dignidad de Extremadura y miembro de la Marea Básica, que comenzó recordando que “los colectivos han empuñado dos “espadas”, que son la Carta Social Europea y la Renta Básica Universal, pero que esos colectivos necesitan personas que las empuñen”. Para Cañada, es evidente que “las leyes que hay que favorecen a las capas más desfavorecidas no se cumplen porque es necesaria una mayoría social para ello”. “Las personas pobres no pueden ser objeto, sino un sujeto empoderado en el conflicto, siempre desde la acción pacífica pero determinada”. Cañada denunció que las rentas que hay repartidas por el Estado no son sino rentas de exclusión, que tienen nombres agradables, que en realidad tardan 10 meses de media en resolverse. Cañada entiende que “está claro que la pobreza es rentable ideológicamente y además mete miedo a las clases trabajadoras consideradas “medias”, ante la posibilidad de caer en esas situaciones”.
Pilar Rodríguez, también de los Campamentos Dignidad de Extremadura, ha contado en primera persona su experiencia como receptora de la Renta Básica extremeña, donde cualquier argumento arbitrario es motivo suficiente para denegarla o anularla. Según Pilar, la mayoría de las solicitudes terminan casi siempre negativamente y con “la inspección previa de una trabajadora social que entra en la casa a mirar el frigorífico y si tienes o no hechas las camas”.
Según Mariano López Salazar, miembro de la Marea Básica, en Barcelona, en la zona del Baix Llobregat “la renta mínima perpetúa la miseria, ya que es insuficiente y no incondicional. La Marea Básica reivindica una renta mínima suficiente, universal e incondicional.” La lucha que llevan en Cataluña no se diferencia en absoluto de las del resto del Estado. La precariedad, la miseria y el ninguneo a personas que no pueden hacer otra cosa al cabo del día que estar pendiente de lo que se les exige de Asuntos Sociales. En una emotiva intervención, Mariano ha hecho especial hincapié en que no hay nada que hacer si la gente no se moviliza. Por muy buena voluntad que se tenga desde las instituciones, que no es lo normal, es totalmente insuficiente si no se respalda y exigen mayores medidas desde las personas afectadas y el resto de la sociedad.
Tras estas intervenciones, la Asociación andaluza de Barrios Ignorados ha hecho una explicación de cómo se está llevando a cabo la implantación de la Renta Mínima andaluza, aprobada a comienzos de 2018 y que no ha supuesto sino una cantidad irrisoria destinada a las personas afectadas, un año para la resolución de las peticiones y trabas arbitrarias para denegarlas. En una pequeña “performance”, se han ido desgranando situaciones reales que han sido representadas por personas sin cara, porque podría ser la de cualquiera de nosotras. Entre ellas, está la experiencia de Miguel, parado de 45 años, que no cobra prestación alguna. Tras un año de espera, ha visto denegada su petición porque vive con sus padres, perceptores de una pensión no contributiva de 320€ cada uno. Al sumar los ingresos de la unidad familiar 640€, superan los 527,08€ que le correspondería de Renta Mínima de Inserción a una familia de tres personas.
Presupuestos y personal insuficientes en Servicios Sociales, situaciones de desborde de trabajo, más orientado a la burocracia que a estar en la calle; usuarios y usuarias que tienen que esperar de 3 a 5 meses para ser solo atendidos… Como dicen en Barrios Ignorados, más que un servicio para atender, parece un muro para contener y entretener a las personas con necesidades.
Finalmente, antes de los trabajos en grupo y las conclusiones, el profesor de la Universidad Pablo de Olavide, Juan Blanco López, ha señalado que la red de Servicios Sociales Comunitarios se ha consolidado como un instrumento que promueve poco la transformación, pese al esfuerzo de muchos profesionales. Blanco ha puesto como ejemplo el error en las intervenciones de los Servicios Sociales sobre casos particulares. En algunos casos, pueden ser resueltos los problemas de exclusión de una familia, pero eso supondrá que esa familia se mudará de barrio, siendo el hueco que dejan ocupado por otra en las mismas circunstancias. Son los barrios, por lo tanto, la unidad mínima sobre la que se debería actuar para erradicar los casos de exclusión actuales en barriadas completas.
En el descanso previo a los trabajos en grupo, Paradigma pudo hablar con algunas de las personas asistentes y algunas de las que intervinieron.
Teresa Bel, de Jaén, compartió en el pasillo su propia historia. Venció un cáncer de mama, se quedó sola en la vida, y allí sigue, luchando por una vida digna. Después de una larga peripecia de casi un año cobra los 419 euros de renta mínima, proceso en el que le indicaron que si no tiene deudas no puede solicitar la renta. ¿Hay que tener deudas? se pregunta. De los 419 euros el coste del alquiler le supone 300 euros al mes, y dice que se siente afortunada porque no le falta la comida gracias a la “Olla familiar” que da comida a 50 familias.
En declaraciones a Paradigma, y referente a los servicios sociales, Juan Hidalgo, concejal de Servicios Sociales de la ciudad de Córdoba remarcó la importancia que desde lo municipal se trabaje para la prestación de servicios básicos, como el derecho a la vivienda, el mínimo vital de agua, medidas contra la pobreza energética y equipamientos sociales, culturales y de ocio, con especial atención a los barrios ignorados, con planes integrales, pero con procesos liderados por los propios colectivos de los barrios ignorados que en primera persona son los que saben lo que necesitan y nos tienen que orientar y demandar”.
También Manolo Cañada atendió a nuestras preguntas, declarando que “a nadie se le pide más papeles que a un pobre. Las administraciones se han percatado que es rentable crear muros que separan a los pobres del resto de la población. Crear pobreza es más rentable. Las rentas mínimas son rentas de exclusión. Hay que organizar la calle contra la exclusión, el paro y la desigualdad, como hace la Marea Básica”.
Citando a Manolo Cañada, “No somos ignorantes, somos ignorados. Las cosas se consiguen con la movilización. Los pobres son minerales de primera, cuando se organizan”. ¡Tomen nota!
Siento decirlo así, pero se me rompe el alma viendo toda la energía maravillosa que desbordan estas personas y colectivos en una vía que lleva a un callejón sin salida. Por supuesto que hay que unirse, organizarse y movilizarse, pero si las instituciones ningunean, humillan y engañan, es porque no son nuestras, del pueblo trabajador, y ninguna demanda, exigencia o presión convencional les hará cambiar. Tampoco las elecciones burguesas son la solución, aunque no haya que ignorarlas. Sé que es un camino largo y difícil, pero el único abocado al éxito es hacer nuestras las instituciones, nuestros los recursos naturales y nuestros los medios productivos, y ello usando los medios que haga falta (sin vulnerar los derechos humanos)
¡ÁNIMO, COMPAÑEROS!
«Paciencia y barajar»…
Andaluces, Extremeños, Catalanes, así debe ser unidxs para reivindicar derechos y tomar conciencia. Porque la unión hace la fuerza