El alcalde de Córdoba se ha venido arriba y anuncia el inicio de la reversión inmediata de los nombres de las calles que solo hace unos meses y en cumplimiento de la ley de Memoria Historica y Democrática cambiaron su nombre, vuelvan a su anterior nominación. Dice que se hace en aplicación del «sentido comun» (sera el de él y el de la actual mayoría municipal) y con respeto a la tradición y a la costumbre. Pero lo que en realidad es que esto se produce, cuando lo haga, con una falta de respeto a la verdad histórica, a la justicia y a la dignidad.
Parece que olvida el alcalde que en una ciudad donde la guerra civil acabo el 18 de julio a las 6 de la tarde tras el triunfo de la sublevación y en la que se produjeron mas de 4.000 ejecuciones es algo que no tiene importancia. También olvida que esa tradición popular que ha cuajado las nomenclaturas callejeras a las que ahora quiere volver se forjó durante la dictadura franquista. Cuestión aparte es que tampoco durante el periodo democrático se abordara el tema, pero nunca es tarde para recuperar la justa reparación de la dignidad de quienes fueron eliminados por defender la legalidad constitucional. También le decimos los historiadores que de aquella sublevación militar que provoco la infausta Guerra Civil hay responsables, como los hay del proceso de institucionalización de la dictadura franquista en sus primeros años que fueron los mas complejos para su estabilización.
Lo único que me falta decir ahora es que espero que la la oposición municipal actúe con todas sus consecuencias e interponga los correspondientes recursos, así como que la ciudadanía representada en la Federación de Asociaciones de Vecinos también diga algo. Tenemos que decirle al alcalde, al actual equipo de gobierno que la calle también es un espacio de educación ciudadana, pese a lo que digan determinadas «instancias», yo creo no excesivamente familiarizadas con la realidad histórica. No puede ser que se aproveche los «fastos luminarios» programados en Foro Romano para camuflarnos esta auténtica bomba antidemocrática e indigna de una ciudad como Córdoba.
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