En una de sus habituales visitas a Paradigma Radio, Guillermo Contreras, de Ecologistas en Acción, quiso compartir con nosotros los aspectos más destacados por él de la declaración de Emergencia Climática que hizo la ciudad de Barcelona en enero de este año. Los llamaba “apuntes de sentido común”, y es que Contreras insiste una vez más en que el sentido común salvaría el planeta si se aplicara, como viene defendiendo Ecologistas en Acción desde hace muchos años. En Córdoba se hizo una simple declaración de intenciones, pero el ayuntamiento de Barcelona quiso ir mucho más allá desarrollando un documento, con la participación de 200 colectivos diferentes, que incluye hasta 103 medidas. Y lo que es crucial, las dota económicamente con un valor de 560 millones de Euros. Esto le permitirá tener muchísimo más recorrido que la de Córdoba, por tener medidas concretas con su implantación en un tiempo determinado y lo que es determinante, por llevar ya fijada y aprobada una dotación económica.
Entre las medidas a implantar, Guillermo destaca la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, básicamente) en 2 millones de toneladas, y en un periodo de 10 años, esto es, desde la actualidad hasta 2030. Esta cantidad de reducción de emisiones correspondería a las que emitiría el consumo eléctrico de un millón de hogares en un año, o lo que emitirían 100.000 hogares en un período de 10 años. Es una cantidad considerable.
Otra de las medidas básicas de este acuerdo es la puesta en valor de 40 nuevas hectáreas destinadas a zonas verdes, ampliando considerablemente los pulmones de la ciudad, así como la pacificación del tráfico, que significa peatonalizar zonas, o semipeatonalizarlas, o reducir la velocidad a 20-30km/h. Se reducen de dos carriles a uno y se elimina una línea de aparcamiento en las zonas donde haya dos líneas, sustituyéndolas por macetones. Estas medidas ya hace tiempo que vienen reclamándolas Ecologistas en Acción sin repuesta alguna por parte del ayuntamiento.
También se prohíbe a los políticos coger un avión para ir a ciudades entre las que se puede ir en tren en 7 horas, que corresponderían a trayectos como Barcelona-Madrid o Barcelona-Cádiz. En países del norte de Europa se está implantando esta medida, y hasta tal punto se ha instalado en la conciencia de la gente, que existe lo que se está llamando “vergüenza a volar”. Los Ayuntamientos no pueden prohibir estos vuelos porque este asunto corresponde también a otras administraciones, pero sí puede prohibir a sus funcionarios y responsables políticos que utilicen estos vuelos cortos.
La rehabilitación térmica de viviendas es otra medida que Barrios por el Clima está reivindicando, y que propone el ayuntamiento de Barcelona en esta Declaración de Emergencia Climática. Barcelona concreta en 10.000 viviendas al año, en el plazo de actuación que se ha fijado de 10 años serán 100.000 viviendas rehabilitadas, que, como se sabe, contribuirá a reducir considerablemente el consumo eléctrico de esas viviendas con la consiguiente reducción de emisiones.
La recogida individualizadas de basura tiene también una repercusión importante en la gestión de residuos, otra de las medidas tomadas por Barcelona. Se trataría de instalar un quinto contenedor, el contenedor inteligente. A él se accede con una tarjeta magnética, con apertura restringida, y se deposita la bolsa con un código de barras para que se pueda comprobar que las personas que utilizan estos contenedores están entrenadas para ello, ya que han pasado por cursos de formación. La única forma de conseguir el reciclaje 100% es con este tipo de medidas, ya sea la del quinto contenedor o la recogida en domicilio. En Córdoba, al menos esta medida se ha implantado en el barrio de Fátima como una prueba piloto a desarrollar en el futuro. Es una buena noticia.
La ideología y el cambio climático van de la mano, a posiciones más conservadoras se asocian posturas más negacionistas sobre el Cambio Climático. Pero esto es un auténtico tsunami, está pasando con una fuerza y una velocidad que va a arrasar a los ayuntamientos más reacios. Córdoba, con una calidad de aire muy deficiente, donde hay unos niveles de contaminación superiores por ejemplo al polo químico de Huelva y que está asociada al tráfico, no está abordando el problema de la circulación de vehículos en la ciudad. Se ha visto claramente cómo, después del confinamiento más severo, la contaminación ambiental de la capital cordobesa se ha reducido drásticamente y en mayor medida que en otras muchas ciudades, ocasionado por el parón en seco del tráfico urbano. Resulta desalentador comprobar que no se está tomando en cuenta esta realidad y que muy al contrario, el objetivo de las políticas municipales cordobesas es facilitar la circulación del vehículo privado. Córdoba capital tiene un problema de contaminación ambiental que da para un programa a parte.
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