Las Marchas de la Dignidad han explicado que estamos pasando por una situación social que implica la necesidad de organizarse, movilizarse para fortalecer lo público, los derechos laborales, el derecho a la existencia digna, a la vivienda, a salarios dignos y hay que exigir a los gobiernos, central, autonómicos y locales, que se doten de los recursos necesarios para que podamos vivir con dignidad.
Para ello están realizando asambleas por las diferentes barriadas de la ciudad, comenzaron por Fátima y el jueves, 23 de julio, lo hicieron en Fuensanta.
Ingreso Mínimo Vital.
Además, han creado una Asesoría Social para ayudar a solicitar el Ingreso Mínimo Vital a aquellas personas que lo necesiten, que funcionará todos los lunes de 19.00 a 21.00 estarán en el Centro Social Rey Heredia.
Consideran que es una buena noticia que se incorpore esta herramienta, que ya la tienen la mayoría de países de nuestro entorno, pero que es absolutamente insuficiente, que va a dejar a muchas familias sin acceso al mismo y que su cuantía está lejos de las promesas electorales que hicieron PSOE y Unidas Podemos.
Consideran que no dará cobertura ni a una cuarta parte de las familias en pobreza severa de este país, ni mucho menos a los doce millones de personas que viven por debajo del umbral de pobreza en España (cifrado en 739 euros mes/persona por EUROSTAT) según la AROPE en 2019, población en grave riesgo de exclusión, que va en aumento tras la crisis sociosanitaria sin precedentes que estamos viviendo. Aún así piden que lo solicite todo el mundo que lo necesita y posteriormente organizar la lucha para exigir que se amplíen los presupuestos acordados.
El sistema de prestaciones dirigidas a garantizar un nivel de mínimo de rentas a quienes no pueden obtener ingresos por salario en el reino de España se organiza en torno a una compleja red de prestaciones (contributivas y no contributivas), que protege poco: por sus bajas cuantías, y protege a pocos: debido a sus bajas tasas de cobertura. Además, es un laberinto de instrumentos dirigidos a cubrir distintas circunstancias de necesidad, cada una con un diseño, unas condiciones de acceso, unas características y unas cuantías diferentes.
Ningún sistema de prestaciones condicionadas eficiente para hacer frente a esta crisis. Verificar el cumplimiento de condiciones requiere tiempo que no tenemos. Y se cometen errores bien porque se rechaza a personas que tienen derecho o se incluyen a personas que no cumplen las condiciones. Por eso consideran urgente aprobar una “renta básica de cuarentena” universal e incondicional por un importe superior umbral de la pobreza, al menos, hasta fin de año, por un importe mínimo a determinar combinado con una congelación del pago de alquileres además del de hipotecas.
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