- Hace casi dos semanas que Daniela y su familia fueron desalojados de una nave abandonada y desde entonces viven «debajo de un puente».
- El Ayuntamiento ha ofrecido un hostal únicamente para Daniela y sus tres hijos, el resto de la familia tendrá que seguir viviendo «debajo de un puente».
- Finalmente, y a pesar de la insuficiente propuesta, Daniela ha aceptado ante la ausencia de alternativas y el miedo a perder la custodia de sus hijos.
- ¿El Ayuntamiento solo «ha guardado las formas» o podía haber dado una solución más «humana»?
Desde este medio, por nuestra naturaleza y vocación social, hemos estado siguiendo la situación de Daniela y su familia después de que fueran desalojados, hace casi dos semanas, de una nave abandonada que adecentaron, limpiaron, desratizaron y convirtieron en un lugar para vivir cuando solo tenían la calle como alternativa. Una vez desalojados tuvieron que ir a vivir, literalmente, debajo de un puente, a pesar de tener tres menores en la unidad familiar.
La respuesta de la administración local ha sido muy tibia, en primer lugar no tomaron medidas preventivas ante esta grave situación ni ante el riesgo que los menores corrían aunque eran conocedores desde hace meses de este hecho y de cuando se produciría el desalojo. En segundo lugar la respuesta inmediata fue la del señor alcalde, que se alegraba de que «la legalidad hubiese vuelto a la ciudad», obviamente no se refería la «legalidad» referente a derechos sociales reflejada en nuestra Constitución y otros tratados internacionales que hemos firmado. Finalmente, la Delegación de Servicios Sociales, ofreció un hostal durante unos días, aunque únicamente para Daniela y sus hijos menores, el resto de la familia tenía que seguir viviendo «debajo de un puente». Ayer Daniela aceptaba esta insuficiente alternativa ante la ausencia de otras opciones y el miedo a poder perder la custodia de sus hijos.
Pero nos preguntamos, y los datos apuntan a esa dirección, si la propuesta que ha hecho el Ayuntamiento a la familia de Daniela ha sido simplemente solo «guardar las formas» ante posibles actuaciones contra la administración local por no cumplir con su deber de protección de los menores.
Hemos tenido acceso a un audio que Catalina Rojas, activista de la Asociación Cordobesa para la Integración Social de Gitanas Rumanas (ACISGRU), ha enviado a las personas interesadas en la situación de Daniela y su familia y le hemos pedido permiso para publicarlo porque explica con mucho tino y acierto qué está pasando y lanza reflexiones muy interesantes que merecen ser tenidas en cuenta. Recomendamos su escucha.
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